La ausencia de Mila aún me arrasa la vida

Tengo la esperanza de que esas dos maravillas de hijos que tiene y su marido le puedan recomponer el alma. Estoy segura de que si ha tenido un minuto de felicidad ha sido gracias a ellos.

A Mila no solo la echo de menos yo. Soy tan consciente de lo mucho que la echa de menos tanta gente: sus hermanos, sus cuñados, sus sobrinos y el público. Eso se nota cada día porque ella, en treinta segundos, con su sentido del humor y hasta con su mala leche, era capaz de levantarte un programa.

Echo de menos pelearme con ella, reírme, llorar y reconciliarnos la misma noche. Lo que daría yo por seguir teniéndola aquí. Bueno, y qué deciros también de la trágica pérdida de mi compañera, Verónica Forqué, que todavía tratamos de digerir.