Un mensajito para María Teresa Campos, que está disgustada porque a su firma con Edmundo solo acudieron dos personas. ¡No es nada raro! He visto a un genio de las letras, Juan Rulfo, totalmente solo en una caseta del Retiro, a un inmenso Ramón Tamames voceando su mercancía, “señora, compre este libro de teoría económica, calentito”. ¡Cuando consiguió vender 40 empezó a publicitar el mío! Y tengo que confesar con tristeza y vergüenza que hace unos años mi compañero de caseta firmó el doble que yo: era el ratón Gerónimo Stilton. Sí, lo hacía con la pezuña (el fin de semana que viene estoy en la Feria de Madrid, por cierto, gracias).

Tropiezo con Víctor Sandoval en el tren. Es frágil, encantador y vulnerable como un chiquillo. Le pregunto cómo está. “Bien, al menos tengo trabajo…”. Y de pronto se anima: “Y en Sitges he encontrado a mi nueva familia… ¡He tenido tanta suerte, Pilar!”. En fin, lecciones positivas que recibe una de quien menos se espera.