Hilario López Millán había comentado en el programa de Luis del Olmo que Paquirrín se parecía al papa Clemente del Palmar de Troya. Si, una de esas “gracias” que soltamos los periodistas y que olvidamos… hasta que nos encontramos con el interfecto frente a frente. Poco después, en la feria de Sevilla, iba Isabel, con María del Monte, Dulce y Chabelita, en coche de caballos y, al ver a Hilario en la puerta de una caseta, frenaron en seco. Se bajaron las dos amigas hechas una furia, e Isabel le gritó: “¡De mí di lo que quieras, pero a mi hijo ni lo toques!”, y María del Monte corroboró, aun más cabreada: “¡Ni lo toques!”. “Aunque luego acabamos siendo amigos, e Isabel me regaló un clavel”. Lo dicho, ¡cómo queremos todos a Hilario!