A todos nos pasa, y a mí también. Algunas mañanas me levanto con un lamentable estado de ánimo que hace que todo el día me vaya mal. Intentando buscar una salida a este malestar, algo positivo dentro del nubarrón, a veces pienso que lo único ‘bueno’ de estar triste es que ya nada puede decepcionarme, simplemente porque no espero nada de nadie… Pero lo vuelven a hacer, y de nuevo es un gran desengaño.
Por eso hay que buscar siempre antídotos: y el mejor, yo no tengo duda alguna, son las ilusiones.
Está demostrado que podemos influir en nuestro sentir y cambiarlo dependiendo de cómo interioricemos lo que nos sucede. Si en un día malo, entra como un rayo de luz la imagen de algo que nos da ese punto de alegría, nuestra disposición ante la vida cambia. Si hay algo a la vista, un motivo por el que levantarse, sentarse, trabajar, salir, mirar, escuchar, sentir, respirar… el color del día puede virar del gris al rosa. Sabéis que mis hijos son mi principal motivación y lo que más feliz me hace siempre, pero tengo que reconocer que desde hace unos meses tengo una ilusión más que me pone especialmente contenta y que consigue que me enfrente con alegría a los estados de ánimo negativos: mi ilusión es mi primera novela, ‘El abrazo infiel’.
Todos hemos escuchado alguna vez la famosa frase de que, en esta vida, hay que plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Yo había hecho ya dos de las tres cosas, pero nunca pensé que a pesar de mi afición por la escritura, llegaría a cumplir la tercera. Yo he escrito toda la vida un diario y en mi época universitaria incluso escribí obras de teatro pero… ¿Sería capaz yo, Olvido, de poder escribir una historia que no fuera un ejercicio para unos pocos y que pudiera interesar más allá de mi entorno? ¿Sería capaz de ponerme en la piel de una mujer que se pareciera a mí pero no fuera exactamente yo, para que ella viviera y sintiera muchas de las cosas que yo he vivido y sentido pero además, tuviera personalidad propia y reflejara la vida de muchas mujeres? Pues sí, lo he hecho. Y por eso, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a la editorial RBA por darme esta oportunidad.
He hecho frente a mis estados de ánimo tristes levantándome, sentándome a escribir, imaginando, creando, trabajando. He inventado personajes, les he puesto forma… Como una niña, les he pintado el pelo y los ojos de un color, he intentando adivinar cómo late su corazón ante lo que les pasa. Me he emocionado, he llorado, me he enamorado y me he desenamorado, he buscado en mis recuerdos y he revuelto en mi memoria, llevada por el anhelo de hacerlo bien, de que naciera en mí otra Olvido, la que cuenta historias, la que vive otras vidas. No ha sido fácil, pero lo he conseguido. Cerrar un capítulo era un nuevo antídoto contra el día triste. Ahora me entendéis, ¿verdad?
Como ya sabéis, mi primera novela es erótica, pero no autobiográfica, a pesar de que, como os he contado, mi vida haya servido de inspiración para algunos de los capítulos. Me identifico muchísimo con Adriana, la protagonista, una mujer que no se siente en deuda con nadie, no da explicaciones, tiene muchas ganas de vivir, es inteligente, sexy, apasionada, totalmente independiente, libre... Y con la que estoy segura de que muchas mujeres, cuando lean ‘El abrazo infiel’ se identificarán! En todas las mujeres hay algo de Adriana y todas hemos querido ser ella alguna vez. En cuanto al resto de los personajes, he tenido especial cuidado en que no tengan mucho que ver con la gente que me rodea para intentar que no les afecte la publicación del libro. Bastante han sufrido y bastante me han apoyado. Pero también os digo que es muy difícil pensar en personajes sin pensar en gente que conoces directamente… No quiero dar muchos más detalles para que los descubráis leyéndola pero, puedo deciros que a través de Adriana, de sus contradicciones y luchas internas, revelo mucho de mis propios conflictos y también de mis deseos y sueños, porque la protagonista, lo que busca es un amor que la colme y la haga feliz. Y me pregunto, ¿quién no lo anhela?
Hay muchos antídotos para los días con nubes. Y me atrevo a decir que uno de ellos puede ser tener una novela cerca con la que emocionarte.
Deseo de corazón que disfrutéis con ’El abrazo infiel’.