Este verano me iré de vacaciones con mi marido Jesús. Con Jesús, con mis hijos Javier y Mario y con mi pequeña Valeria, la alegría de la casa. Todos, en familia, los cinco, porque no me imagino mejor forma para pasar unos días de descanso que estar todos juntos, y que cada uno piense lo que quiera y lo exprese donde quiera. Nos iremos a Marbella, un lugar que ya conocemos y nos encanta. Lo tiene todo: ambientazo, pistas de pádel para mi hijo, que es un fan de este deporte, playas tranquilas, terracitas y además está suficientemente lejos de los lugares de veraneo de gente que no me quiero encontrar.

Seguro que el momentazo de nuestros días será cuando Valeria, que está a punto de cumplir un añito, chapotee en el agua de la playa. ¡Qué alegría verla, y qué guapa es…! El domingo pasado se dio su primer baño en una piscina, y disfruté como con nada en el mundo viendo cuales son sus sensaciones con todo lo nuevo que experimenta. No será la primera vez que irá a la playa. Hace unos meses visité a una de mis hermanas -¡somos 5 hermanos!- que vive en Alicante y ahí ya enseñé a Valeria la maravilla que es el mar.

Espero relajarme unos días digiriendo, poquito a poco, lo que me ha pasado estos últimos meses y que he conseguido gracias a vuestro apoyo constante porque sin este empuje ya os aseguro que jamás me hubiera atrevido a publicar mi primera novela, ‘El abrazo infiel’. Escribo este post a trompicones, de promoción, entre ciudades, gran suerte para mí porque algunas aún no las había visitado y me voy completamente enamorada y con el pensamiento de volver muy pronto. En todas estoy encontrándome con vuestro cariño mientras recorro sus calles y también, y muy importante para mí, con el respeto de todos los profesionales que me están entrevistando. Está siendo un verano perfecto a pesar de las horas que estoy pasando fuera de casa. Pero a pesar de todo, apetecen vacaciones… en familia.