Me sigue produciendo un tremendo pudor hacer una declaración de intenciones en mi programa y después aparecer como si hubiese sido poseída por un Alien que me da órdenes de darme a la fuga. Lo único que me frena para correr a galope es no volver a tomar decisiones equivocadas en mi vida, pues me han pasado factura hasta el día de hoy y no quiero volver al agujero negro de mis errores.
Lolita me produce envidia
Este sábado me he reencontrado con Lolita. Mientras Jorge la entrevistaba, yo hice un viaje al pasado y sentí una tremenda melancolía. Volví a aquellos días donde la preocupación no ocupaba el más mínimo espacio en nuestras vidas. La oigo decir que no es del todo feliz porque le gustaría compartir su vida y su piel de vez en cuando con alguien, y me produce cierta envidia que siga sintiendo ese pellizco. Yo lo perdí hace tiempo.
Puedo más de lo que pienso
Jorge me dice que es el cansancio normal del fin de temporada, y quiero creerlo. Pero hay más. El dolor y los recuerdos te visitan más a menudo en tus cuartos oscuros de fragilidad. Hoy creo que puedo más de lo que pienso. Estaba dándome una ducha a las cinco y media de la mañana, después de salir de trabajar en ‘Deluxe’. He dormido en casa de Jorge y, antes de las seis, estaba haciendo ruido para que se despertaran él y Cristina. Necesitaba salir y coger ese avión que me alejaba de ese tedio que me producía una parálisis absoluta.
Una vuelta por Londres, una parada para tomar unas ostras con champán, una comida en un italiano, unas copas en el hotel después de comprarnos P. y yo unos perfumes en un rincón de Dubái. Y ahora a ver a Barbra Streisand en concierto. Quiero hacer esto cada que vez que una voz ajena me diga que me dé por vencida.