Toño Sanchís sufre un varapalo judicial y es capaz de mantenerse erguido sosteniendo un discurso vacío de contenido. Hemos sufrido todos los que trabajamos con Belén insultos de este con la colaboración necesaria de su entorno. Sobre todo de su madre. Una torpeza por su parte.

Toño sufre el síndrome de los mediocres que han vivido la fama ajena, mirando el éxito con gula. Un juez ha dictado sentencia en contra. Es cierto que nadie tiene la última palabra, pero él se revuelve con movimientos desmañados. No soy de las que aplauden a Belén con palmas sectarias. Pero la actitud de Toño con ataques armados de crueldad la dejaban en situación de abandono. Ahora, Belén celebra y Toño aguanta. Pero esto acaba de empezar.

Pinta mal para los sanchís

Corren voces que dicen que Lorena está descubriendo algunos agujeros negros en las explicaciones de su marido. No la conozco, pero sí me cuentan que la actitud de esta ha sido de sumisión absoluta a las decisiones de su marido. Por mi parte, no solo no la exculpa, sino que le imputa una dejadez en cuanto al abandono de los intereses de su familia. No sé cómo acabará esto, aunque pinta mal para los Sanchís. Desde aquí le deseo suerte a Belén. Y también le pediría que, en el éxito, no se suelte de las manos de los que estuvieron ahí formando un cortejo de ayuda.