Actualizado a
Decía Paula Echevarría: “En mi casa pasan cosas”. Una frase liviana con la fuerza de un tsunami informativo. Y es así.
En nuestras casas y en nuestras vidas pasan cosas continuamente. Cosas que se disipan con una brisa leve. Otras, en cambio, dejan destrozos visibles que nos vapulean. Y yo estaba sintiendo en mi día a día un apaleo que me hacia irme al rincón.
Tiempo de descanso
Nadie intervino en esta sensación más que yo misma. Soy experta en subirme a un ring solitario, enfundarme los guantes y luchar durante horas con un enemigo invisible, que me puede dejar herida de muerte. Así que me he pedido un tiempo de descanso para mejorar lo que no me gustaba. Sé que habrá informaciones sobre lo que haré en este tiempo.
Lo accesorio es la acción de lo que voy a hacer. La matriz es... ¿Por qué?
Me gusta mi vida
Me gusta mi trabajo y gracias a él respiro a pleno pulmón económico. Me gusta mi trabajo. Y mi vida, también. Así que hay que tomar decisiones para que todo vaya a mejor. Colorear lo que amas y borrar lo que te hace irte a negro.
Estoy alejada del estruendo y reconciliándome con el silencio y los paseos a cualquier parte donde me sienta bien. Pero sé que hay ruido fuera. Unos, sorprendentes. Otros, esperados.
Este es un tiempo que me he regalado para mejorar todo aquello que me hacía guiños de desagrado. No ha sido una huida, sino todo lo contrario. He vuelto a mi palapa para conseguir, por fin, un premio de recompensa.
¡Hasta pronto!