Ha sido una semana intensa y maravillosa, tengo que reconocerlo. En estos momentos de mi vida, estoy disfrutando de muchas cosas que me hacen sentir agradecida. Las críticas, dependiendo de quién vengan, las veo como un homenaje a los éxitos que mis detractores ya no tienen esperanza de rozar. Lo siento por ellos. Agatha Ruiz de la Prada me ha hecho volar con alas de color sobre una pasarela. Y no una cualquiera: la de Cibeles. Además, me ha permitido trabajar con ella en una colección que transmite un mensaje maravilloso: vestir cosas que te favorezcan, y que además te diviertan, es posible a cualquier edad. A medida que se cumplen años, es imprescindible disfrutarlos y perder el miedo a sentirte bien. Nos hemos ganado la libertad de dejar de oír voces que fiscalicen nuestros sueños. Cuando me preguntan: “¿Cómo te atreves a tu edad?”, yo respondo: “¿Cómo te permites tú el miedo a la tuya?”.
Bendita adrenalina
Disfruté mucho del desfile. Ver al equipo de Agatha coordinar cada detalle antes de la salida me tenía atrapada. Llegué con muchísimos miedos y tardé muy poco en saber que nada podía salir mal, porque todo estaba preparado para disfrutar. Y así fue. A veces, cuando me vuelve la sensación de cansancio, me digo a mí misma que solo la inercia puede agotarte. La adrenalina de la aventura, en cambio, rejuvenece.
Teresa sigue enamorada
Me encantó ver a Alejandra Rubio, con esa cara de felicidad, cumpliendo uno de sus sueños, y me emocionó sentir que Terelu temblaba con el debut de su hija. Cuando terminó todo, me fui a cenar con mi familia y pensé que las cosas están fluyendo en mi vida para bien. Tal vez tenga menos bríos en mi trabajo y me implique menos en la batalla, pero también es cierto que lo disfruto más.
Vengo de reencontrarme con Teresa Campos en un plató. Allí se abrió en canal como una quinceañera enamorada, y explicó su ruptura con un dolor que nos tocó a todos. Creo que la entrevista la humanizó. Aunque sé que su dolor es inmenso, también ha vivido una gran historia de amor. Eso no está al alcance de muchos. Sé lo mal que sus hijas lo están pasando con Teresa, y la poca información que tienen sobre lo que va a pasar en un futuro con ella y con Edmundo. Pero me consta la atención y el mimo que le está dedicando la gente que la quiere para que el dolor de Teresa mengüe lo antes posible. Y espero que esto sea pronto. O no. Las emociones te hacen vivir con más intensidad.