Me gusta lo que está pasando en EE UU. Me da cierta esperanza que el miedo vuele del poder. El abuso de los coronados por el dinero y el mando en distintos círculos está siendo aireado, dejando desprotegidos a estos depredadores. Las mujeres están entendiendo que no hay mayor libertad que la denuncia. He citado a los americanos porque parece que por fin tienden sus miedos al sol. Los favores consentidos de actrices para escalar ha sido un secreto a voces. Incluso algunas muy cercanas a nosotros han balbuceado cuando se les ha preguntado por Weinstein. Se les cerraba la glotis por el miedo. Una pena, teniendo en cuenta que vocean con gran pasión conflictos ajenos a su entendimiento. Así que ellas han ayudado poco al grito de las más débiles, pero les vale más la pena ahogarlas para seguir flotando. Este perfil me interesa muy poco.

Por otro lado, hay que agradecer a Oprah el discurso de los Globos de Oro de este año. Pero me niego a creer que estuviera ausente de estos desmanes. En el reino de los americanos nada prospera si no tienes la atención de los focos. Y para mí, eso mengua el mensaje de Oprah y de las que aplaudían sin que se les moviera una pestaña por la complicidad del silencio.

Grilletes para abusadores

Detesto a los cínicos/as que enrojecieron las palmas de sus manos aplaudiendo. Las mismas manos que apretaban las del delincuente que les llenaba las barrigas de caviar y contratos. Pero lo importante es que estos guiñoles han tenido que mover los brazos para abrazar a las víctimas. Probablemente, secundarios que jamás se habrían atrevido a pedirles cobijo en una noche de humillación y complicidad en sus delitos, silenciados por gente sin alma que necesitan respirar con las boquillas de pago. Sin embargo, me quedo con que esto servirá para poner grilletes en las manos que solo han sido utilizadas para posarse en cualquier mujer desnuda de apoyo a su indefensión. Las cosas parece que están cambiando y yo, particularmente, estoy muy atenta. Todavía queda mucho ganado suelto en los pastos.