Me pregunto por qué no soy capaz de hacer lo que hizo Pepa Flores. En el hartazgo hay que ser valiente y correr a tu zona de confort. Intento visualizarlo y me quedo en grises que me despistan. Es domingo y me pongo a ver a mis compañeros en el ‘Deluxe’. Encuentro un vídeo de Techi diciendo que se quedó embarazada de Omar, y a un Carlos Lozano debilitándose en un enfrentamiento con Rafa Mora. No voy de mojigata por la vida, y creo que lo he reconocido públicamente. Pero me alegra seguir conservando algún punto de pudor que me aleja de estas manifestaciones alejadas de cualquier ética o estética. Decidí, hace tiempo, vivir alejada de cualquier emoción que me produzca daño o arriesgarme a cualquier escaparate. No me ha servido.

La memoria no coge vacaciones

Llevo meses declarando en juzgados por relacionarme con dos amigos a los que he cuidado y querido. A pesar de los palos que he recibido en mi vida, sigo sin tener olfato para la maldad. Esto me ha traído problemas. Pero también me indica que alguna parte de esa niña que me cuesta recordar sigue viva. El caso es que mi hija y mi nieta se han ido.Y como siempre, me quedó valorando si merece la pena seguir en el disparate y en la compraventa de los que no saben el peligro de colocar tus intimidades en este mercadillo. La memoria de tus errores no se coge vacaciones y siempre está alerta cuando quieres huir de ella. También es cierto que algunas consiguen comprar el silencio después de conseguir las mejores gomas de borrar a través de matrimonios o contratos con cadenas. Pero sé que, en la intimidad, siguen teniendo relación con un pasado que les ha marcado a pesar de su ropa de firmas y su sonrisa de portadas en las que no pueden hacer Photoshop de sus muecas de un pasado que siempre amenaza con desvestirlas.