Se agota el tiempo para Toño Sanchís. Todos queremos conocer la respuesta a esa pregunta de Belén que se hizo viral: ¿Dónde está el dinero? Toño no lo ha puesto fácil. Además de seguir sin reconocer lo que un juez ha dictado, también se ha ocupado durante el proceso de vejar, insultar y humillar a su víctima.
Belén no perdona y llegará hasta las últimas consecuencias. Lo entiendo. La he visto llorar y sufrir mucho. Aun sabiendo que tenía la verdad, los vericuetos judiciales a veces nos juegan malas pasadas, y ella necesitaba el triunfo para resarcirse del daño material y económico que le ha causado quien ella ha llegado a considerar como un hermano. Conozco a Belén hace tiempo, sus virtudes y defectos, y desde luego no reconozco el perfil que pinta Toño.
Quien tanto critica las actitudes de Belén, mientras la representaba, no solo las alentaba con una enorme complicidad, sino que era el creador de muchas de las tramas que la hacían estar en el punto de mira continuamente. Belén siempre fue un negocio para Toño. Algunos hemos pensado que no solo no le tenía afecto, sino que llegó a detestarla. El desorden en la vida de Belén no solo no le preocupaba, sino que le venía bien para actuar con la más absoluta impunidad, sin vigilancia por parte de ella, durante muchos años.
Jamás pensó que su víctima encontraría a un compañero que la alejara de él. Miguel la ha salvado porque podría haber terminado su exitosa carrera en la ruina más absoluta.
Si hay algo que me desgasta es la victoria de los malos. No me gustaría estar en la piel de Toño. No sé si tiene dinero o no. Ni me importa. Pero seguro que no tiene el suficiente para resarcir a Belén y a su familia del daño al que les ha sometido.