Bárbara Rey e Ivonne Reyes están ocupando la atención mediática y, como casi siempre, salpicadas por el escándalo. Ambas estaban en el arcón del olvido y, de repente, han salido con efluvios de naftalina y chanchullos en venta. Dos mujeres guapas, rozando la listeza... Y que han acabado en titulares vestidos de negritud.

Ivonne, contra las cuerdas
Ivonne le ha puesto precio durante años a una presunta paternidad. Y la otra, según cuenta su íntima amiga Hortensia, jugaba en la intimidad con esto, como con las bolas chinas. Parece ser que a ninguna le salió bien la jugada.

Ahora nos hemos enterado de que la hija de Pepe Navarro, ha conseguido poner a Ivonne contra las cuerdas. Y esa mujer, que se ha vendido como una madre soltera, victimizada por el repudio de su presunto amante, se ha quedado en el lienzo de las oportunistas de una noche de amor, o varias. ¡Qué más da!

Chantajes y extorsiones
Bárbara no se ha quedado atrás. Ha salido a la luz pública, todo lo que sabíamos y callábamos bajo el látigo del miedo. Presuntos chantajes, extorsiones y utilización de menores, para conseguir un dinero que al parecer acabó en los fondos de un casino. Bárbara vuelve a jugar a la ruleta con la información y pone fichas muy caras sobre el tablero para afirmar o desmentir, dando la cara.

Juego sucio
Ivonne está dentro de la casa de ‘Gran Hermano VIP’ y su hermana Clairet amenaza con demandas. Alguien me dice que el silencio de la familia Reyes les beneficiaría. Al contrario de la amiga íntima del Rey.

Pero tengo la sensación, de que ambas están metidas en un bucle de desamparo económico, que no les dejará limpiar las huellas del escándalo con pulcritud.

No conozco muy bien a ninguna de las dos. Pero el tufo que desprenden me aleja de cualquier sentimiento de complicidad.

Se puede, y se debe jugar en la cama, sin ponerse límites. Pero si el juego es una apuesta por trampear con tu compañero cuando cierre la puerta de tu vida, esto tiene un nombre. Y lo voy a dulcificar. Se llama ‘juego sucio’.

Y lo triste es que nosotros le pagaremos la jugada a un altísimo precio.