Tengo el termómetro de la ilusión disparado. Es lo que suele pasar cuando la emoción se casa con las buenas noticias. Vuelvo a la televisión con las pilas cargadas. Qué razón tenía mi madre en junio cuando decidí cerrar por tiempo el telón: “Todo irá bien”, me dijo con un beso.Las madres –al menos la mía- tienen un sexto sentido que te calma como si fuera paracetamol. En estos meses he andado con mi quinta novela por todo el país, de presentaciones y firmas, y luego he pasado una temporada viviendo y escribiendo el próximo libro en París. Somos, si somos persistentes, lo que soñamos. Ahora empiezo una aventura apasionante en Televisión Española, seré el presentador de “Destinos de Película”, un precioso reto profesional.
TVE ha confiado en mi un programa maravilloso que empiezo a grabar esta misma semana con Globomedia. Ya tengo lista la maleta, la cámara de fotos y las botas de viaje. Os va a encantar. Recorreremos los rincones más cinematográficos de ciudades como Londres, París, Roma o Nueva York a través de las películas que se rodaron en ellas. Bajaré en Vespa por las calles que transitaron Gregory Peck y Audrey Hepburn en “Vacaciones en Roma”; me colaré en el París de cuento de “Amelie”; descubriré los rincones de Nueva York unidos al “Manhattan” de Woody Allen y muchas más. Desvelaremos rincones que no hay que perderse, lugares con encanto para visitar y los escenarios de las películas que nos han hecho soñar. Promete ser un programón en el que mezclaremos cine y turismo. Me siento muy afortunado de regresar a televisión con un programa tan fabuloso.
Esta semana entré en los estudios de TVE -que para mi siempre estará unida a los programas que veía de pequeño y que me hicieron amar la televisión- para hacerme las fotos de promoción. Cuando me senté en la sala de maquillaje de Torrespaña sentí esos mismos nervios que tuve la primera vez que pisé un plató de tele en los noventa. “Muchísima suerte”, me dijo la maquilladora con una sonrisa- “esperamos verte mucho por aquí”. Luego me llevaron a la sala de prensa, se encendieron las luces y pensé en todos esos grandes profesionales que han hecho historia. Y sin dudarlo me vino a la cabeza aquel extraordinario Jesús Hermida, mago de la televisión, que presentaba “Por La Mañana” con su característico estilo y su forma comerse la pantalla. Me puse delante del logo de TVE, me hice las fotos y llamé a casa: “El destino es de película. Quién le iba a decir al niño de pueblo que presentaría un programa en TVE”.