En París no te arrepientes de nada, pero por un minuto echo de menos no haber asistido a la megafiesta que ha organizado Eugenia Silva en el Museo del Traje de Madrid. El poder de convocatoria de mi querida amiga es monumental y su sonrisa es capaz de iluminar a todos los invitados con más fuerza que los flashes. Le pongo un mensaje y le digo que estoy trabajando en mi nueva novela en París (ella siempre se las lee y es muy cariñosa) y que no podré asistir. ¡Qué fiestón el de Eugenia!
Mi cumpleaños ha sido más al estilo de Inés de la Fressange: desenfado y chic, que es lo que les gusta a los parisinos. De hecho aquí no se peinan, se despeinan. Y mucho más ahora que acaba de empezar la Fashion Week y está todo París listo para recibir a modelos, blogueros y famosos que llenarán los desfiles de moda. La mayoría siempre se van a 'La Durée' donde venden los famosos macarons. No suelen comerlos por si engordan, sólo les hacen fotos y las cuelgan en Instagram. Son así de tontos. Yo, en cambio, si los compro me los como. Y que le den a la foto.
Hace tanto frío en París que me pongo los guantes que me regaló Ana Rosa y una bufanda que me han regalado mis primas para echarme a las calles. “El frío es juventud”, dice mi amigo Manu. Será juventud, pero en París las fuentes del Pompidou tienen una capa de hielo de varios centímetros. Lo mejor es colarme al Louvre, pienso, y eso hago. Al abrigo de la Venus de Milo, Napoleones y colecciones egipcias se está mucho mejor que por la calle y allí paso la mañana post-cumpleaños. Me sorprende, como siempre, la cantidad de gente que se arremolina frente a la Mona Lisa. Una pared para ella, un cristal antibalas y un montón de cámaras de fotos haciendo fotos a cámaras de fotos. El gigantesco cuadro de las Bodas de Caná, majestuoso, pasa desapercibido ante tanta mitomanía. Leonardo no sólo era el Steve Jobs de la época, con el tiempo ha resultado también ser un gran experto en marketing a través de los siglos. La sala seis, primer piso, ala Denon es la zona más concurrida de todo el Louvre.