Llego a la playa y me encuentro a mi padre haciendo sopas de letras. Hace un año estábamos preparando su funeral; y ahora, en cambio, respira vida y camina con su andador. Mi madre prepara el arroz que más me gusta y, cuando va a por los platos, observo que tiene todos los ejemplares de Lecturas junto a la tele donde ya no aparezco. Mi perra mientras tanto da saltos impidiéndome dejar la maleta en el sillón de mi habitación. Y los cuatro, por fin, nos sentamos a comentar el inicio del otoño. Los cuatro, sí, la perra Leo también. Escucha con tanta atención como si estuviera de invitada en 'El Hormiguero'.

“¿Qué has hecho estos días?”, me pregunta mi madre. Y resulta que he andado entre el erotismo y el miedo. A ver cómo lo explico. He sido jurado del Premio de Literatura Erótica Válgame Dios escrita por mujeres y la entrega del galardón fue divertidísima. Había música y modelos andando en lencería como en una novela erótica junto a camareros de pectorales y muslos prietos. Todo lo necesario para que la noche acabara muy bien. Me quedé charlando con el hijo de Berlanga que ha heredado la socarronería e inteligencia de su padre, el cineasta. Fui fan del creador de 'Bienvenido Mister Marshal' y lo soy ahora del hijo, Jose Luis, productor y escritor. Al fin y al cabo, nos unen las raíces valencianas y un gusto por lo erótico tan variado y amplio como la vieja 'Nacional III'. Allí estaba también el futbolista Fernando Hierro, elegante como siempre; el reportero de guerra, Jon Sistiaga; Carmen Rigalt y Pastora Vega. Todos juntos entre lencería de lujo. El erotismo tiene lo que tiene. Que calienta, pero no quema. Por eso puedo escribir tranquilamente este bulevar.

Mi madre me pone el plato de arroz y me pregunta por Ana Rosa. Le cuento que hace unos días coincidimos en otra entrega de premios y fui el encargado de darle el Toda una Vida a su trayectoria profesional. La Quintana y yo no nos habíamos visto desde que me despedí de ella en directo en el programa'. Así que, al vernos, nos abrazamos con ganas como si fuera ayer. Está guapa, tanto que parece más joven que yo. Brindamos y la nostalgia se cuela en las miradas y en los mensajes que nos enviamos después de las copas. Está como siempre: irónica y rápida. Me quedo tranquilo. La niña me crece bien. En el Museo Chicote también estaba Alex De La Iglesia, a punto de estrenar 'Mi Gran Noche', junto a un montón de buenos actores: Hugo Silva, Eduardo Noriega, Unax Ugalde, Asier Etxeandia y Alfonso Bassave. ¿Alguien hablaba de erotismo? ¿Sensualidad? Seguramente la mayoría de ellos pertenece a alguna fantasía íntima.

Con Noriega vuelvo a coincidir en el estreno de la última película de Alejandro Amenábar. Qué bien trata la vida a los guapos. Caray. Charlamos mientras nos hacen fotos y me cuelo al cine con Pepón Nieto, que es pura energía y triunfa con 'El Eunuco'. Nos han dicho que vamos a pasar miedo con “Regresión” y yo soy buen espectador: si hay que asustarse me asusto, cero problema. Amenábar presenta la cinta solo en el escenario, sin los actores. “Ya podían haber venido Ethan Hawke y Emma Watson” le digo a mi amiga Marta Fernández, que está a mi lado. “Pues sí”, me dice. Amenábar, después de hablar un poquito –“aquí hemos venido a ver la película”- se sienta junto a su flamante marido y apagan las luces.

A oscuras, para fantasía de los futuros relatos eróticos, quedamos Belén Rueda, Lydia Bosch, Ana Fernández, Hiba Abouk, Elena Anaya, Candela Serrat, Topacio Fresh, Alaska y Mario, Adrián Lastra, Juan Betancourt, Javier Cámara, Loles León, Silvia Abascal, María Adánez o la pareja Florentino y Dani Martínez. Estos dos seres, adorables, deberían hacer la segunda parte de 'Con Faldas y a lo Loco'. Quiero verlos vestidos de mujer en compañía de alguna Marilyn Monroe patria y tropezando con los tacones en el vagón de tren. Flo, hazme el favor, repite conmigo: “¡Tengo un horrible pasado! Desde hace tres años estoy viviendo con un saxofonista”. Es lo que pienso en ese momento para evitar el desasosiego mientras salen los oscuros títulos de crédito de la última de Amenábar. Mi madre me pregunta si me ha dado miedo la película. Y cuando voy a responderle en plan especialista en regresiones, me dice: “anda, coge a la perra y vamos a la playa”.

El otoño en el mar es más bonito. De hecho, mientras escribo el bulevar, os aseguro que la bahía de Altea está ahora maravillosa. Azul y blanco. Como a mi me gusta.