Eran las 9 de la mañana del sábado pasado, Ana y yo nos levantamos las primeras para estar a punto cuando llegara el equipo de Lecturas. Como ya sabéis, esta semana protagonizamos la portada de la revista Kiko, mis dos hijos Javi y Ana y yo. Dentro podréis encontrar un reportaje navideño y una entrevista que nos hizo muchísima ilusión realizar.

Gracias a este reportaje este año la Navidad ha llegado antes a nuestra casa, adelantamos la decoración y recreamos la cena de Nochebuena para las fotos. Y la verdad es que era como estar en la noche del 24 de diciembre.

A las 10 llegaron los chicos de maquillaje y peluquería, Marisa y Charly, que nos maquillaron y peinaron juntas a Ana y a mí. A Javi le desperté a las 11, que me dijo: “¿Pero por qué me levantas tan temprano?”, a lo que le contesté: “¡Porque no quiero que salgas en las fotos con cara de dormido!”. Como a él no había que maquillarle ni peinarle mucho se pasó una hora sin hacer nada mientras nos arreglaban a Ana y a mí, pero no era plan que se le viera en las fotos con cara de dormido. Fue divertido y emotivo estar los cuatro juntos para este reportaje.

Eso sí, ¡Kiko se portó fatal durante la sesión! Dio muy mal ejemplo porque no paraba de salir a fumar (como no le dejo fumar en casa, fuma fuera), no se quería poner al lado de Javi porque decía que le hace parecer más bajito (y no hacía más que repetir que lo pusieran en la otra punta de la foto o sentado en el sofá), se escaqueaba todo el rato y encima estaba super nervioso porque esa tarde había partido de fútbol, jugaban el Real Madrid y el Barça. No hacía más que repetir: “¡A las cuatro se acaba la sesión!”. Y así fue, a las cuatro hubo que parar.

Se quedó parte del equipo en casa para ver el partido, entre ellos Kevin que estaba horrorizado por tener que tragarse el clásico, ellos del Barça y Kiko del Madrid, ya os podéis imaginar. Fue un broche muy divertido a una jornada que no olvidaremos y que espero que disfrutéis con el número de esta semana de la revista.