El domingo pasado estuve en ‘¡Qué tiempo tan feliz!’ recordando la época en la que fui azafata en ‘Telecupón’ y trabajé junto a Carmen Sevilla y Agustín Bravo. Fue una tarde bonita llena de recuerdos que siempre me gusta recuperar y de la que me gustaría hablaros hoy, aprovechando que Carmen cumplió 86 años el pasado 16 de octubre.
El ‘Telecupón’ fue mi primer trabajo en televisión y estuve tres años sacando la bolita que dio tantas alegrías a mucha gente que habían comprado el Cupón de la Once. Lo dejé cuando me casé con Javier Tudela estando embarazada de mi primer hijo, Javi (aunque eso no lo conté en su momento porque hace 20 años no era como ahora).
Era 1990, los primeros días de Telecinco. Yo tenía 19 años y llegué a Madrid a trabajar de modelo. Me ofrecieron el cásting, me presenté y me cogieron. Pensé que para qué iba a estar todo el día dando vueltas en el metro con mi book cuando allí ganaba mucho dinero para la edad que tenía y tampoco trabajaba demasiado: íbamos a las siete y media de la tarde, nos maquillaban, sacábamos la bola y para casa. No hacíamos nada más.
La verdad es que me enorgullece muchísimo, después de casi 25 años, seguir pisando el mismo plató (resulta que es el mismo en el que se graba todos los días ‘Sálvame’). En maquillaje y peluquería sigue trabajando mucha gente de la época, y es fantástico encontrarte con ellos tras todos estos años. En aquel entonces Telecinco tenía mucha vida por las tardes, los pasillos estaban muy concurridos. La cafetería estaba abierta toda la tarde (no como ahora que a esas horas está cerrada). Se grababan varios programas a la vez como ‘Telecupón’ y el ‘Vip Noche’, que presentaba Emilio Aragón. Por ahí andaban las Mamachicho con las que, sinceramente, había mucha rivalidad, jaja.
Fue una época muy bonita. Era un programa muy querido por el público que siempre nos demostró su cariño, a todo el equipo y especialmente a Carmen. Recuerdo que en el 92 fuimos a la Expo de Sevilla, fue toda una revolución. Íbamos vestidas de gitana y vino media Sevilla a vernos.
Recuerdo una Nochebuena que salí corriendo a las 9 de la noche para coger el avión e ir a Málaga a cenar a casa de mis padres. Facturé la maleta a mediodía para que me diera tiempo. El Cupón no perdonaba. Los viernes se daba el ‘Cuponazo’, nos recogían el pelo, lo cual nosotros odiábamos porque era el día que salíamos y no nos apetecía ir con un moño de señora…¡teníamos cada pelea con los de peluquería!
En ese programa conocí a Judit Atienza y a Mónica Estarreado, que hoy es mi mejor amiga. Las dos estuvieron en mi boda. Mónica fue testigo junto a Javi, mi hijo. Hablamos casi todos los días desde que nos conocimos hace 25 años y no nos hemos separado desde entonces. Ellas son de lo mejor que me llevo de ‘Telecupón’. Sin obviar haber conocido a Carmen Sevilla. Era como una madre para todos y a nosotras nos llamaba “sus niñas”.
Carmen nos daba muchos consejos, nos decía que, con los hombres, teníamos que ser un poco geishas. Si alguna llegaba con el típico: “Me he peleado con el novio”, ella siempre nos decía: “Dejaros querer, que estén los hombres más enamorados de vosotras que vosotras de ellos. Así seréis más felices”. Recuerdo con cariño las merendolas que se pegaba con los bollos que le llevaba de la cafetería Agripina, su persona de confianza.
Era muy buena con nosotros. La invité a mi primera boda pero no vino porque la finca no perdonaba. Llegaban los viernes y se iba corriendo a ver a sus ovejitas…y por supuesto a su marido. Quienes sí vinieron a la boda fueron su hijo Augusto y Agripina.
¿Qué puedo decir? Todos los recuerdos que tengo de Carmen son maravillosos. Era una mujer muy vivida (llegó a rodar con Charlton Heston en Hollywood), aunque luego la sencillez era lo que más resaltaba de ella. Su despiste, aunque era cierto, lo explotaba en el programa. Hacía gracia al público y ella lo sabía. Una anécdota buenísima que recuerdo fue el día que salió en zapatillas en antena. Ella con su vestidazo, guapísima (porque Carmen siempre ha sido guapísima) y en zapatillas, que era como se paseaba por plató hasta que empezaba el programa y se ponía los tacones. Lo que la gente no sabe es que estaba todo preparado.
La última vez que vi a Carmen en persona fue hace cuatro o cinco años en un restaurante. Ella ya estaba un poquito enferma. Anteriormente habíamos estado en un homenaje que le hicieron en Televisión Española, en el que se emocionó al verme. Siempre he seguido sabiendo de ella a través de su hijo Augusto.
Carmen, como todo el equipo de ‘Telecupón’ con el que trabajé (Agustín, Mónica, Judit…) forman parte de una etapa muy feliz mi vida.