No hay día que la polémica no envuelva esta edición de 'Supervivientes'. Ayer la gala estuvo calentita, Paola dejó caer que Gloria Camila ya tendría firmada su victoria en el reality y Jorge Javier cantó las cuarenta a Diego Matamoros porque llevaba una temporada cuestionando a la organización del programa.
Pero el verdadero bombazo surge hoy en exclusiva en este blog. Un asunto mucho más jugoso y controvertido estaba luchando por salir a la luz. Y la persona involucrada no es otra que Laura Matamoros. La misma que anoche ponía cara de indignación tras conocer que Gloria Camila había hecho trampas para conseguir peces para sus compañeros. Esa misma Laura que se deshacía en lágrimas hace unas semanas con la llamada de su amorcito "24/7", Benji Aparicio.
Y el turbio secreto que escondería la hija de Kiko Matamoros precisamente va de llamadas. Y de votos. La organización del programa tendría la mosca detrás de la oreja por una práctica desleal, aunque no ilegal que estaría llevando a cabo la concursante. Parece que están siguiendo la pista que podría demostrar que Laura habría contratado un 'call center' que para llamar y mandar mensajes a su número y de esta forma llevarla hasta la final e, incluso, hacerla ganadora del concurso y afortunada propietaria de los 200.000 euros del premio. Está claro, que es una suma muy seductora. El equipo del programa habría empezado a sospechar que Matamoros tendría toda esta maquinaria cubriéndole las espaldas, porque en momentos concretos, empiezan a llegar a sus centralitas oleadas masivas de votaciones a favor de Laura. Mientras siguen tirando de la manta, se desconoce si estarían involucrados también sus acólitos más cercanos, esos que lloran y se quejan porque no pueden ir a visitarla ni hablar con ella.
No es la primera vez que un participante de este formato se ve salpicado por una polémica similar. Justo el año pasado, Yola Berrocal fue señalada en 'Sálvame' de haber contado el año pasado con la complicidad de sus familia para montar un 'call center'. Según Belén Rodríguez, fue la propia familia de Yola quien iba contando que "se gastaron 30.000 euros para salvarla".