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Llegamos a especular hace unos meses que Pantoja va a la isla y nos toman por dementes. Y ahora que la tenemos dentro hay gente que tuerce el gesto por motivos de lo más peregrinos: que qué pesada queriéndose ir, que cuántos privilegios, que cuántas llamadas, que cuántas no sé qué más. Tonterías. Pantoja es una figura en lo suyo porque se lo ha currado y como tal hay que tratarla.Sobre aquella gente del medio que manifiesta públicamente su deseo de que se largue me lleva a pensar dos cosas. Primera: que deben abandonar inmediatamente la televisión porque no han entendido de qué va este negocio. Y segunda: que vayan al psicólogo y que le cuenten qué pueden hacer para luchar contra una envidia que les corroe y que les impide aceptar que haya gente que acapara más y mejores focos.
No hay vuelta de hoja: ‘Supervivientes 2019’ pasará a la historia por ser la edición de Isabel Pantoja. Sobre los demás concursantes habrá quienes, cuando todo esto acabe, se quejen de que la tonadillera ha acaparado mucha atención. Pues bien, a estos ni caso. Esa es una excusa de débiles, de perdedores, de fracasados. Si tú eres listo y quieres dedicarte a esta profesión, qué mejor que participar en la edición más vista de la historia para darte a conocer. Hay gente dentro que está siendo muy inteligente y lo está aprovechando, como Mahi. Es una concursante divertida y simpática que está demostrando que no hay que chillar para captar la atención. Cautiva su ingenuidad y esa visión del mundo cercana a la de ‘El principito’. Otros, como Otto, están desaprovechando una de las mejores oportunidades que le ha podido ofrecer la vida. Está pasando por el concurso sin romperse ni mancharse cuando tiene detrás un historión propio de un protagonista de Dickens. Quizás tenga la suerte de que aparezcan otras oportunidades así en su vida. O quizás no. Y entonces, con el tiempo, vendrán las lamentaciones, los duelos y los quebrantos.