Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

orgullo

"Disfrutaba el Orgullo cuando era anónimo"

No falla: llega el Orgullo y con él riadas de artículos firmados por heterosexuales que aseguran tener amigos gays que no se sienten identificados con esta fiesta. Los artículos desprenden un tufillo a moralina antigua que apesta. En realidad quieren dar a entender que están los gays de provecho –aquellos que lo llevan de tapadillo y van a misa de doce los domingos– y los degenerados que se suben a las carrozas casi desnudos y escandalizan a niños y a viejos con sus sinuosos movimientos. Puestos a elegir, ya lo sabe todo el mundo, preferiría ser del segundo grupo. De los que disfrutan la fiesta hasta la extenuación, de los que bailan sin descanso y brindan hasta con una farola por todo lo que este país ha conseguido en pocos años. Ana Botella intentó silenciarlo porque para ella una fiesta en la que no aparezca un misal no tiene categoría. He ido a muchos Orgullos. Siempre me lo he pasado muy bien, como atestiguan unas imágenes que se han hecho tan célebres como las de Massiel bailando en una boda con un mantón de Manila. Disfrutaba el Orgullo cuando era anónimo. Dejé de ir cuando no podías dar un paso sin que te pidieran una fotografía. Asocio la frase “¿qué harás para el Orgullo?” a mi despreocupada juventud. Quizás este año vuelva a tirarme a las calles aunque sólo sea para ver la inmensa bandera del arcoíris que van a izar en el Ayuntamiento de Madrid. Concepción Dancausa, la delegada del Gobierno en la capital, ya se ha apresurado a señalar que esa bandera no representa a los madrileños. Tiene razón. A gente como ella, desde luego que no. Le vienen demasiado grandes sus valores. También hay gays que desprecian el Orgullo porque no les representa esa gente que baila y bebe sin medida. Profunda reflexión. Por esa regla de tres también se deberían prohibir las bodas. Luego están los heterosexuales que desprecian el Día del Orgullo Gay porque ellos no tienen el suyo. ¿Y por qué no lo tienen? Leído en Facebook: “Porque no hay países donde sea ilegal ser heterosexual, incluso con sentencias a muerte. Porque no hay países donde sea ilegal  contraer matrimonios entre heterosexuales. Porque ningún padre ha echado de casa a sus hijos por ser heterosexuales ni otro tipo de discriminación similar”. Y así, hasta un montón de razones más. Ea.

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