Imaginábamos como algo idílico el final de nuestras vacaciones, tumbados en las paradisíacas playas de Zanzíbar. Disfrutándonos, amándonos, poseyéndonos, queriéndonos y todas esas cosas que dicen las canciones melódicas de Juan Gabriel, Q.E.P.D. Y una leche. El primer día nos hizo sol pero un viento que a punto estuvo de volvernos más tarumbas. El segundo se nubló, el tercero llovió y el cuarto vimos el sol a lo lejos. Este tipo de situaciones son las que ponen a las parejas al borde del cataclismo. Intentas aparentar que no sucede nada, que todo está bien, que a lo mejor mañana hará buen tiempo, que qué más da que no te puedas bañar. Chuminadas. Cuando estás todo el año soñando con una playa y luego llegas y la playa no existe se te llevan los demonios. Por ahora lo estamos llevando bien, total, dentro de dos días nos largamos. Pero la amenaza está ahí, latente, y sé que en cualquier momento nos podremos echar los trastos a la cabeza por cualquier tontería. Mientras P. escribe yo me dedico a empacharme de capítulos de 'House of cards'. Y cuando comemos en la habitación -porque en la playa llueve- encendemos el portátil y nos enganchamos a grandes momentos del 'Sálvame Diario' o a alguna entrevista de 'Sálvame Deluxe'. Hoy nos hemos visto la de Belén. Sigue gustándome. No ha perdido un ápice de espontaneidad y continua sorprendiéndome con giros coloquiales tan antiguos que creía olvidados. El sábado leí que algunos portales titulaban que la reaparición de Esteban había sido uno de los peores 'belenazos' en cuanto a audiencia se refiere. Espero que mis colegas no se molesten pero me gustaría resaltar que la entrevista del viernes no fue un 'belenazo'. Ese término se aplica a una entrevista de Belén que vaya acompañada de una gran percha: sus operaciones de estética, sus rupturas con Fran, sus reconciliaciones, su reaparición tras varios meses desaparecida. Pero el viernes la percha era únicamente su vuelta de las vacaciones y dar su opinión sobre diversos temas que afectan al universo 'Sálvame'. Aún así el programa cosechó un notable 17,3, o sea que se demuestra que el juguete roto –que es como se empeñan en catalogarla algunos- sigue funcionando igual de bien siempre. Tras su entrevista, una reflexión. Belén -firme militante del buenismo- se ha partido la boca por los personajes que a su entender también formaban parte de esa corriente: Rollán, Bollo y Benito. Y ahora resulta que su relación con ellos está seriamente resquebrajada. Avanzo que la incorporación de Esteban al 'eje del mal' es inminente. Son las cinco de la tarde del domingo. Con un poco de suerte P. y yo acabamos el día sin discutir.