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Hoy quiero hablaros de lo importante que es enseñar a nadar a los niños desde bien pequeñitos.
En mi caso yo aprendí a nadar con 2 años gracias a que mi madre a pesar del miedo que le daba verme en el agua tan pequeñita sin flotador, se preocupó de que aprendiera a nadar.
En esta ocasión es mi madre la que me insiste en lo importante que es que mi hijo con solo año y medio aprenda igual que lo hice yo.
Al principio estaba un poco reticente, me daba un poco de miedo y me parecía muy pequeño, pero al volver de Londres, mi prima Anabel me propuso llevarle ella los viernes a una piscina cubierta de un gimnasio cercano a su casa y al final acepté.
Es así como Alberto empezó a ir a sus clases de natación todos los viernes durante tres cuartos de hora.
Me entra la risa cada vez que lo veo tan equipado con sus chanclas, su bañador de competición y sobre todo con su gorro... Parece un profesional.
En sus clases de natación Alberto perdió el miedo al agua y desde entonces le apasiona.
Le enseñan sin manguitos, con la ayuda de un churro de agua. Yo aprendí con manguitos (primero con 2 y luego con uno solo). También hay ahora una especie chaleco salvavidas para que tengan los brazos libres.
Elijáis el método que sea yo os recomiendo que aprendan desde pequeñitos y así se evitan posibles accidentes. Ahora que me he mudado a una casa con piscina le agradezco a mi madre que me insistiera.
A mi hijo le encanta bañarse en la piscina grande con nosotros y no en una pequeña que le he puesto para él. Recordad estar siempre muy pendientes de ellos en el agua y nunca los dejéis solos.