Cuando Mediaset decidió apostar por la política para llenar el hueco que había dejado Cámbiame -y los sucesivos intentos para arrancarle un poco de audiencia a la competencia-, las expectativas tampoco es que estuviesen muy altas. Telecinco, quitando la mesa matutina de Ana Rosa, ha dejado la política para otros momentos. Retomar un espacio con intención de medirse frente a Ferreras y las noticias de LaSexta era arriesgado. El tiempo ha dejado claro que no se equivocaron.
Para darle entidad al asunto, ficharon a un rostro asociadísimo al universo político con años de profesión a sus espaldas y mucho pasillo del Congreso pateado. Sonsoles Ónega dejaba la calle -sí, lo sé, se me ha ido la broma de las manos- para instalarse en Ya es mediodía, una suerte de spin off de El programa de AR con quien comparte, de hecho, el mismo plató. Otro obstáculo para encontrar entidad y ‘divorciarse’ de la reina de las mañanas. Como si uno pudiese no evitar al éxito de Ana rosa, claro.
Si de algo pecaban los inicios de Ya es mediodía era de la falta de entidad telecinquera. Podríamos estar ante un magazine de tarde exportable a casi cualquier cadena y así no se puede. El público Mediaset sabe lo que quiere y es sorprendentemente fiel, pero hay que también alguna concesión. Entonces, llegó el Fresh. Un aperitivo final para acabar de pasar la comida sin tanto drama. Y por si la idea no fuese suficientemente consistente, tiraron de Alba Carrillo en uno de sus momentos cumbre. Nunca olvidaremos la carita de Sonsoles cuando se le escapó del programa al segundo día. Esto en el Congreso no pasaba. O sí.
En Ya es mediodía Fresh se baila, se canta, se hace el payaso y no pasa nada. Sus delirantes pantallas partidas en las que podemos llegar a ver hasta 9 personas a la vez son su marca de la casa y dejan claro cual es el espíritu de la sección. El Fresh ofrece la cara menos institucional del corazón en Mediaset. No es AR, no es Sálvame, tampoco Cazamariposas, ni tiene el peso Patiño de Socialité. Es eso, fresh. Sea lo que sea que signifique.
Los que, de entrada, desconfiaban de la capacidad de Sonsoles para unirse al universo Fresh han tenido que tragarse sus palabras. La periodista, algo perdida en los primeros días, se encuentra más que cómoda entre Miguel Frigenti, Marta López o Miguel Ángel Nicolás. Casi tanto como entre diputados y senadores. Una cualidad que ha hecho que Ónega se posicione con fuerza en la carrera hacia el futuro trono de las mañanas. Un reto para el que en realidad, visto lo visto, todavía queda mucho...