¡Qué poca generosidad tienen algunos! Lejos de mantenerse en una posición discreta, Mercedes Milá ha decidido salir esta semana a echar un poco más de leña a la polémica que golpea cada nueva gala de 'GH17'. ¡Cómo si no tuviésemos bastante con las revueltas que cada semana azotan al reality desde las redes sociales! Encendidos ciudadanos pidiendo la cabeza de Jorge Javier Vázquez como trofeo y, suponemos, la creación de una gestora para conducir el programa. ¡Ni que de la casa de Guadalix fuese a salir el próximo Gobierno de España! Madre mía, cuánta tensión y cuántas exclamaciones para comenzar este texto. No hay nada como un reality para liberar adrenalina. Y más a estas horas de la mañana, con lo que cuesta levantarse de la cama un viernes...
“Los números cantan”, ha dicho Mercedes Milá en una entrevista a Europa Press. “La realidad es que este año está siendo más difícil para mis compañeros y yo me muero de pena. El otro día vi la audiencia y me da muchísima rabia. Desearía que estuviese haciendo tres veces más”. ¿Seguro, Mercedes? De las palabras de la presentadora se deduce de todo menos rabia. De acuerdo, 'los números cantan', pero, ¿y la satisfacción de que el público le dé la espalda al encargado de sustituirte después de quince años haciendo el mismo trabajo? ¡Es pura naturaleza humana! Sobre todo, cuando la marcha de la presentadora se produjo por una falta de acuerdo -ella misma lo contó-, no por ese cansancio y agotamiento que ahora dice que le impedían continuar. Que también existirían, claro, pero no nos engañemos.
Mercedes Milá está siendo muy poco generosa con Jorge Javier Vázquez. Desde el mismo arranque del concurso, con ese baño de multitudes repleto de ex 'grandes hermanos', se lo ha puesto muy difícil a su sustituto para congraciarse con el público del formato. ¡Menudo papelón hacerse con una gala después de los gritos de 'no te vayas' que cosechó la Milá! Puede que ella se mereciese ese homenaje por parte de los agradecidos fans, pero nadie pensó en el pobre Jorge Javier. Un casting que no se ha animado hasta la quinta gala y un inicio farragoso y falto de emociones fueron las guindas de este envenenado pastel. Faltaba, claro, que ahora apareciese la expresentadora diciendo que no va a entrar a valorar si su marcha ha sido el detonante para las bajas audiencias. “Esto se sabrá al final de la temporada, lo estudiarán los jefes y verán”. No, Mercedes, no. Por ahí no.
Mercedes Milá ha sido todo en 'Gran Hermano'. De hecho, sin ella, posiblemente, no se hubiese llegado a la edición número diecisiete del formato. Se desvivía por el concurso. Pasaba horas viendo el devenir de la casa, leía todas las teorías que circulaban por la red, conocía a todos los exparticipantes y presumía de tener su cariño de forma incuestionable -aunque alguno haya afirmado lo contrario-. Milá se entregó en cuerpo y alma a un proyecto del que todo el mundo le dijo que huyera, que iba a acabar con su carrera. Y lejos de confirmarse lo peor, acabó ofreciéndole lo mejor. 'Gran Hermano' tuvo en la presentadora a su mejor defensora, pero también la presentadora tuvo en 'GH' su tabla de salvación. Algo que parece haber olvidado con sus últimas declaraciones.
Hay veces en las que es mejor guardar silencio. Ser respetuoso con el trabajo de los compañeros y no dejarles minas preparadas para que les estallen cuando menos se lo esperan. Es lo mínimo que uno quisiera que hicieran los demás por el esfuerzo propio. Ahí es donde se demuestran las cosas, no en los abrazos delante de las cámaras. Anoche la gala de 'GH' llegó al 20% de share. Hoy Mercedes Milá debe haberse despertado pletórica, ¿no? Como quiere y ha querido tanto al formato... Ay, el amor, cuántos quebraderos de cabeza nos trae.