Se nota que los participantes de ‘La isla de las tentaciones’ nunca vieron ‘Confianza Ciega’. Y eso que algunos, por edad, estaban vivitos y coleando cuando emitieron el reality más mítico y recordado. De hecho, basta ver 'La isla' para darse cuenta que, primero, la fórmula funciona, y segundo, la gente tenía ganas de volver a repetir este espectáculo de parejas rotas, tentaciones con ganas de marcha y vídeos demoledores que desestabilizan su razocionio. ¿Hay un concepto mejor que Hoguera de confrontación? A partir de ahora pienso solucionar todos mis problemas así.
Los que asistimos a las aventuras de Nube (tía), Carolina y sus chulazos ya sabíamos cómo iba a terminar el asunto se Fani y Rubén. Mucho numerito, mucho acercamiento pero, a la hora de la verdad, yo he venido aquí a hacer un trabajo y a mí que me registren. Fani se quedó ayer con tres palmos de cara después de que su tentación decidiese irse a casa solito -y quien dice casa, dice La posada- y España entera la señaló satisfecha porque ha probado su propia medicina. Qué injustos somos con el éxito ajeno. Porque, sí, Fani es una estrella y eso parece que nos pica.
Fani ha vivido la isla hasta sus últimas consecuencias y ya solo por eso debería ser coronada Fani de España. Se ha entregado al formato, ha hecho lo que ha querido, lo que el corazón le ha dictado, no le ha pesado el pasado para arrancar una nueva vida y ha sido valiente. ¿Que le ha salido regulero? Pues también. Pero quién no arriesga... se queda toda la vida con Christofer pensando qué hubiese pasado si. Y aquí, al menos, hemos venido a jugar. Otra cosa es como se nos dé la partida.
Puede que parezca que Fani ha salido perdiendo de la hoguera final pero nada de eso. La decisión de Fani no hace más que darnos una esperanza a todos. Nos ha enseñado que conformarse no es una opción. También lo ha hecho Susana, deshaciéndose de ese saco de prejuicios y toxicidad relacional llamado Gonzalo. Un prototipo que abunda más de lo que creemos y que todos deberíamos empezar a dejar de lado. Marquémonos un Susana y terminemos con los celos, la posesión y el desprecio. No hemos llegado a 2020 para aguantar estas cosas.
La isla de las tentaciones llega a su fin y no puedo más que sentir un pinchacito en el corazón. ¿Qué vamos a hacer a partir de ahora? ¿A quién va a mirar Mónica Naranjo? ¿Qué será de Andrea, Fiama, Adelina y los demás? Menudo gustazo nos ha soltado Mediaset. Y pensar que lo tuvieron ocho meses en un cajón... madre mía.