Ha vuelto Cristina Tárrega. Ya solo esto debería ser noticia. Pero es que, además, ha vuelto a su programa, a su franja y a su brilli-brilli. Anoche, la valenciana se volvía a enfundar el mono de presentadora de late night -porque, sí, aunque cueste creerlo viendo el panorama, en España hemos tenido alguna presentadora de 'late night', pocas, pero muy recordadas- para ponerse al frente de 'Animales nocturnos'. En su promoción debería rezar la leyenda 'si te gustó 'Sola en la ciudad' y 'Territorio comanche', te gustará 'Animales nocturnos'. Y una foto en grande de Tárrega. ¿Qué más se necesita para triunfar? Sinceramente, creo que nada.

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Alejandra Rubio

Así con el sueño en todo lo alto y tirando de café y 'MasterChef', que de esto ya hablaremos otro día, llegó pasada la medianoche una Cristina Tárrega en estado de gracia. Hay que reconocer la evidencia. Nerviosa, sí, aunque dijese que no. Revolucionada, pues también, pero dejando claro que no ha perdido ni un ápice del músculo que le convirtió en una leyenda de la noche. De repente, volvimos a estar en otra época, en otro ritmo y con la misma Tárrega de siempre. Acostumbrados a verla en sus diez minutos de 'El programa de AR', la expectativa no era poca. Y Cristina ha pasado con nota. Otra cosa es ya el formato en sí.

Cristina Tárrega ha vuelto a televisión en plena forma pero con una parafernalia del todo innecesaria. Hay veces, como dice mi amiga C., que las cosas no hace falta que sean siempre tan Telecinco. Por mucho que la cadena haya asentado su negocio y su forma de entenderlo estructurando toda su programación sobre un pilar central -los realities- los flecos sueltos, y sobre todo a ciertas horas, son de agradecer. Tárrega se basta y se sobra, quedó demostrado anoche, para llevar el peso sobre sus hombros sin necesidad de decorados, colaboradores, últimas horas ni demás inventos. Una cámara, una teléfono, una buena iluminación y listo. El egoísmo televisivo a veces también pasa por ahí.

Imagino que, en esos despachos donde se solventa todo, alguien creyó que meter rostros más jóvenes, ligados a otros programas, era la fórmula perfecta para darle otro aire a este renovado 'Territorio comanche' y aprovechar, de paso, para intercalar momentos cumbre de los concursos en marcha. Como si esto hubiese funcionado en otras ocasiones... ¿Quién recuerda el programa que cogió el testigo de 'Cazamariposas'? Cristina Tárrega es una buena entrevistadora. Atropellada, avasalladora, pero buena entrevistadora. La noche le favorece y sabe que puede lanzarse en picado sin necesidad de prolegómenos y remilgos. No estuvo nada mal Alejandra Rubio, teniendo en cuenta que, minutos después, apareció Trini en pantallón para hablar de aplaudirle al gusanito de los señores. Cualquiera aguanta el tipo.

Quien sintonizase anoche, por descuido, Telecinco se encontró de cara con el pasado. Y esto no es necesariamente malo. Como tampoco cualquier novedad es necesariamente buena. 'Animales nocturnos', si el share le deja, puede ser la revelación de las largas noches de verano. Esa ensoñación que nos hace creer que somos tan jóvenes como fuimos, que el tiempo no ha pasado y la televisión sigue siendo así de inocente. Que cualquiera puede sincerarse con un extraño y que la soledad, aunque presente, también puede ser menos dolorosa. 'Víctor, que llamas desde Bilbao pero ahora estás aquí con nosotros'. ¿Y si el espectador vuelve a ser, por sorpresa, el protagonista?