El showbusines es demasiado cruel. La fama azota a sus protagonistas con la misma o peor fuerza cuando es para bien que para mal. Hoy he pensado esto al mirar el Instagram de Melanie Griffith. He visto esta foto y he imaginado el pasado, el presente y el futuro. He visto a la artista total, al personaje devorado por sí misma. Melanie, se abraza con vigor a su hija Stela. Mucho ha ganado y mucho ha perdido. Y sigue en pie, frente a todo y ante todos.

MELANNIE

Ha vivido una vida muy al límite y muy hollywoodiense, y ha salido victoriosa siempre. Es una triunfadora vital, que me admira muchísimo, sepan ustedes porqué:

1. Su madre la actriz Tippi Hedren, fue todo un tótem escénico para Alfred Hitchcock y para varias generaciones de cinéfilos que vieron en ella una elegantísima y casi gélida interpretación. Vivió sin estridencias pero rodeada de lujo aristocrático.

2. No debió resultar fácil para Melanie crecer en ese ambiente. Ella, cercana, alegre y sensual ha tenido siempre una ternura muy a flor de piel. Es de andar por casa, sin tratar de pasar desapercibida, y prefiere la celebración a la pompa, las personas a las cosas.

3. Su carrera cinematográfica es apabullante: Aunque no siempre ha elegido buenos guiones, se ha lucido a lo grande en varios títulos y ha trabajado con muchos de los grandes: Bryan de Palma, Woody Allen… Desde que debutó en el cine con La noche se mueve (1975), no ha parado, y hemos podido disfrutar de una Melanie comedida y sobreactuada, grande y pequeña… Probablemente no se le ha reconocido lo suficiente.

4. Armas de mujer (1988), de Mike Nichols, marcó un punto de inflexión. La película, que protagonizó junto a Harrison Ford y Sigourney Weaver, le valió una nominación al Oscar. Encarna el espíritu yuppie de los 80, la ética y falta de ella en los negocios… Es, al fin y al cabo una película muy “hija de su tiempo”.

5. Su vida sentimental también corresponde a la de diva del cine. Con Don Johnson tuvo sonadas y pasionales idas y venidas. Tenía 14 años cuando se enamoró perdidamente del actor, por entonces un irresistible joven de 21 años. Se casaron en 1976 y se divorciaron en 1982. Después Melanie se casó con Steven Bauer; del que se divorciaría poco más tarde para casarse de nuevo con Jonhson en 1989, año en el que por cierto nació su hija Dakota, la protagonista de la película “50 Sombras de Grey”.

6. Después llegaría Antonio Banderas. Fue toda una revolución. Primero porque ambos estaban casados. El español con Ana Leza y la americana, que ya había pasado tres veces por el altar, con Don Johnson. Y segundo, porque Melanie, pasional, entregada y divertida se dio cuenta de que tenía una forma muy española de entender la vida. La veíamos en las procesiones de Semana Santa, o paseando por Málaga muy integrada. Eran la pareja perfecta y la estabilidad personificada.

7. El talante cercano de Malanie, quedó patente el día en el que los paparazzis la abordaron por la calle, y ella, muy amable, dio unas declaraciones con una camiseta de los Mojinos Escocíos. Ahí nos dimos cuenta de lo grande que es esta mujer.

8. La separación de Banderas llegaría tras 18 años juntos, en plena madurez. Una separación siempre es dura, y para superarla hay que ilusionarse con otras cosas ¿Y qué hizo Melanie? Pues un viaje a Cancún con Kris Jenner (la madre de Kim Kardashian). Maravilloso todo.

9. Lo más meritorio es que ha superado sus adicciones: Se internó en un centro de rehabilitación en el estado de Utah (el mismo centro de Britney Spears y Lindsay Lohan) para mantenerse alejada de las drogas y el alcohol, un problema con el que ha luchado durante décadas. Un trámite por el que pasó hasta en tres ocasiones: 1998, 2000 y 2009. Admirable.

10. Melanie está muy unida a sus hijos. Y ha mezclado su genética con tres padres diferentes. El hijo mayor, Alexander Bauer lo tuvo con su segundo marido, y es que se mantiene más alejado de los focos. Dakota, hija de Don Johnson, se dedica a la interpretación y es uno de los rostros de moda en Hollywood. Y Stella del Carmen, hija de Antonio Banderas, es algo más celosa de su intimidad, y al parecer le llama el cine, pero detrás de las cámaras. Sin embargo, algo me dice que esta chica tiene un futuro muy prometedor. La genética juega muy a su favor, desde luego.