1. Hace interesante incluso lo que no es. Barbara Rey tiene esa admirable cualidad de hacer atractivo cualquier discurso. A mí Barbara Rey me podría hablar de helechos, de artrópodos, de aleaciones o de rocas calcáreas… Todo me interesaría. Tiene la costumbre de irse por las ramas y no volver después. Su discurso suele ser un festival de oraciones subordinadas, imitaciones y anécdotas… pero siempre consigue dejarnos pegados a su imagen. Es absolutamente magnética.
  2. Su hijo es un desconocido al que nos encantaría descubrir. ¿Cómo es? ¿Qué aficiones tiene? ¿Qué tal cocina? ¿Por donde lleva el largo de los pantalones? ¡Queremos saber!
  3. Su hija Sofía en sí misma es un reality andante: sus novias, sus adicciones, su trabajo como dj de electrónica, su mundo… Es la típica persona transparente, que me encantaría que fuese mi amiga para ir a tomar croquetas con ella un miércoles por tascas pintorescas.
  4. Sus amigos. Los populares y los anónimos, que a la larga seguro que son los que dan más juego. Todos interesan. ¿Qué planes harán? Cenas, ver Eurovisión, petanca, senderismo… ¿No se imaginan unas secuencias corales maravillosas? Yo sí, y me estoy relamiendo.
  5. Su afición al juego da mucho ídem. Valoramos la sinceridad de Bárbara al admitir que tenía un problema, y nos encantaría asistir a su recuperación para aleccionar sobre los peligros de esta afición.
  6. El contraste de escenarios de Rey es tan variado como exótico: Van de su Totana (Murcia) natal, hasta Marbella -su actual residencia-, pasando por alguna escapada a Madrid y Barcelona.
  7. Tiene una indudable belleza, hoy serena y madura, pero que todavía conserva rastro de unas medidas increíbles y unas facciones bastante perfectas. No me canso de decirlo: hay que potenciar no solo el discurso, sino también la belleza menopáusica. Y Bárbara es la encarnación perfecta para un segmento de edad de lo más interesante.
  8. Ha vivido la fama, la derrota; ha vivido en “chaletazos", en una caravana. Ha sido actriz, presentadora, cocinera, domadora de circo, vedette y prácticamente espía… Un currículum y una versatilidad así es algo único que se debería reconocer de alguna forma.
  9. Le debemos ese himno maravilloso de “Los hombres para mi son como marionetas de cartón. Y sólo soy feliz jugando con su débil corazón”. Me parece algo adelantado a su tiempo incluso hoy. Lo mejor es el maravilloso deje al cantar, muy al estilo de Julio Iglesias ¡bravo! Digo… ¡hey!
  10. Ahora mismo ha salido a la luz un persistente rumor con respecto a la Casa Real. A mí es lo que menos me interesa de Bárbara Rey. Y con esto, no quiero decir que me dé igual, sino que todo que dice, hace, piensa o atesora esta mujer, merece mi atención, respeto y regocijo. Y quiero disfrutarlo. Ojalá fuera en un reality show. Yo lo llamaría “Siempre Bárbara”; o “Barbara y Rey”; o “Soy Bárbara… Rey” o “Bárbara y el Rey”, no sé…