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- Hace interesante incluso lo que no es. Barbara Rey tiene esa admirable cualidad de hacer atractivo cualquier discurso. A mí Barbara Rey me podría hablar de helechos, de artrópodos, de aleaciones o de rocas calcáreas… Todo me interesaría. Tiene la costumbre de irse por las ramas y no volver después. Su discurso suele ser un festival de oraciones subordinadas, imitaciones y anécdotas… pero siempre consigue dejarnos pegados a su imagen. Es absolutamente magnética.
- Su hijo es un desconocido al que nos encantaría descubrir. ¿Cómo es? ¿Qué aficiones tiene? ¿Qué tal cocina? ¿Por donde lleva el largo de los pantalones? ¡Queremos saber!
- Su hija Sofía en sí misma es un reality andante: sus novias, sus adicciones, su trabajo como dj de electrónica, su mundo… Es la típica persona transparente, que me encantaría que fuese mi amiga para ir a tomar croquetas con ella un miércoles por tascas pintorescas.
- Sus amigos. Los populares y los anónimos, que a la larga seguro que son los que dan más juego. Todos interesan. ¿Qué planes harán? Cenas, ver Eurovisión, petanca, senderismo… ¿No se imaginan unas secuencias corales maravillosas? Yo sí, y me estoy relamiendo.
- Su afición al juego da mucho ídem. Valoramos la sinceridad de Bárbara al admitir que tenía un problema, y nos encantaría asistir a su recuperación para aleccionar sobre los peligros de esta afición.
- El contraste de escenarios de Rey es tan variado como exótico: Van de su Totana (Murcia) natal, hasta Marbella -su actual residencia-, pasando por alguna escapada a Madrid y Barcelona.
- Tiene una indudable belleza, hoy serena y madura, pero que todavía conserva rastro de unas medidas increíbles y unas facciones bastante perfectas. No me canso de decirlo: hay que potenciar no solo el discurso, sino también la belleza menopáusica. Y Bárbara es la encarnación perfecta para un segmento de edad de lo más interesante.
- Ha vivido la fama, la derrota; ha vivido en “chaletazos", en una caravana. Ha sido actriz, presentadora, cocinera, domadora de circo, vedette y prácticamente espía… Un currículum y una versatilidad así es algo único que se debería reconocer de alguna forma.
- Le debemos ese himno maravilloso de “Los hombres para mi son como marionetas de cartón. Y sólo soy feliz jugando con su débil corazón”. Me parece algo adelantado a su tiempo incluso hoy. Lo mejor es el maravilloso deje al cantar, muy al estilo de Julio Iglesias ¡bravo! Digo… ¡hey!
- Ahora mismo ha salido a la luz un persistente rumor con respecto a la Casa Real. A mí es lo que menos me interesa de Bárbara Rey. Y con esto, no quiero decir que me dé igual, sino que todo que dice, hace, piensa o atesora esta mujer, merece mi atención, respeto y regocijo. Y quiero disfrutarlo. Ojalá fuera en un reality show. Yo lo llamaría “Siempre Bárbara”; o “Barbara y Rey”; o “Soy Bárbara… Rey” o “Bárbara y el Rey”, no sé…