Por estas fechas empezamos a preocuparnos por un tema de vital importancia en nuestras vidas: Cómo empezaremos el año y quiénes nos acompañarán en tan magno trance.
En televisión española tendremos al trío clásico cuasi rancio de Anne Igartiburu, Ramón García y su capa. Lo de siempre, unas uvas sin riesgos.
La Sexta colocará a Andrea Ropero (La Sexta Noche) y Alberto Chicote (Top Chef) frente al reloj de la Puerta del Sol. Esto ya es otra cosa ¿no?. Ella representa la seriedad más racional, él la pasión descontrolada e incluso zafia. Me gusta la mezcla, aunque siguen perpetuando el estereotipo de “La bella y la bestia”, donde una mujer de apabullante belleza irá poco abrigada con temperaturas gélidas y un señor no tan agraciado nos recordará que tener una apariencia sexualmente deseable es un mandato femenino para representar el éxito.
Algo parecido sucederá en Antena3 donde Carlos Sobera (un galán, sí, pero pelín ajado) será la pareja televisiva de Cristina Pedroche, que podría ser su hija, y que ya ha adelantado que llevará un vestido más polémico que la pasada edición (que, recordemos, era transparente). Me gusta Pedroche porque es cercana y maja. Pero peca de simple cuando entra en este juego absurdo de mujer-florero-sexy, que constriñe más todavía esta idea de que las mujeres valen según se acercan a un modelo estandarizado de belleza tersa, curvilínea y en edad fértil. No es pacatería, les aseguro que quienes así lo vemos somos los más desinhibidos en materia sexual. Se trata más bien de cosificación, de desatención intelectual femenina, de ataduras y servilismos que, todo sea dicho carecen de la elegancia que el momento requeriría.
Por eso, creo que comenzaré el año con Telecinco, porque su apuesta se aleja del modelo rancio de hombre y jovenzuela, ya que va a colocar a los protagonistas de Cámbiame con el racimo de uvas ante los espectadores. Marta Torné, Cristina Rodríguez, Natalia Ferviú y Pelayo Díaz, pondrán color, unos estilismos loquis y espontaneidad al comienzo de año. Prefiero esas conversaciones anárquicas tan suyas, ese mundo propio que han creado en los mediodías de Telecinco… Para atraer la suerte en el 2016, creo que es el ambiente más festivo de la pantalla. Espero, eso sí, que no se disfracen de muñequitas sexys y apretadas. (Bueno, Pelayo si quiere, tendría su gracia).
Otro fin de año es posible, amigos.