La crema hidratante se convierte en el básico por excelencia de nuestra rutina facial, un paso importante que no debemos saltarnos si queremos que nuestra piel luzca sana. Hay que tener en cuenta que nuestro rostro siempre está expuesto a diferentes factores y por eso, hay que tenerla preparada para protegerla, e hidratar nuestro cuerpo tanto desde el exterior, como desde el interior.
Cometemos el error de pensar que solo tienen que incluir este paso las personas que tengan una piel seca, las personas con el rostro graso tampoco pueden saltarse este paso ya que la crema hidratante regula el exceso de brillos.
¿Cuándo y cómo hay que aplicársela? Por la mañana y por la noche, tras una limpieza completa con un buen limpiador. Estas dos veces bastarían para tener nuestra piel completamente hidratada, ya que si la aplicas varias veces al día podrías saturar la tez, y que no absorba bien todos los nutrientes. En cuanto a la manera de aplicársela, los dermatólogos aseguran que con un punto del tamaño de un guisante valdría para todo el rostro, pudiendo variar (poco) según la textura del producto.
Si quieres aplicar un plus de hidratación a tu rostro, puedes incluir en tu rutina semanal las mascarillas una vez a la semana. Ese tratamiento casi mágico e intenso que le devuelve a tu piel justo lo que necesitaba y que se convierte en uno de los mejores planes de domingo, por supuesto, junto con película y palomitas.