Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

 

Ya han comenzado a filtrarse algunos de los anuncios que se verán en los intermedios del evento deportivo del año para Estados Unidos, la Super Bowl. Suelen ser spots especiales expresamente creados para la ocasión y con presupuestos desorbitados. Los mismos presupuestos que te permiten contratar a Kim Kardashian como rostro para tu publicidad. Y conseguir que esta salga mostrando su más íntimo secreto, una faja de cuerpo entero que la envuelve de pechos a rodillas… Para ver esa imagen hay que pagar. Y no poco.

 

Pero este anuncio de la compañía Data Stash es mucho más que Kim Kardashian ‘enfajada’ hasta el alma. En este spot Kim se ríe de sí misma, mientras habla a la cámara. Con el sobretítulo de ‘persona famosa’ la esposa de Kanye West nos cuenta lo siguiente: “Cada mes, millones de gigas de datos sin usar son recuperados por los proveedores de internet. Trágico. Los datos por los que has pagado podrían haber sido utilizados para ver mi maquillaje, mi trasero, mis estilismos, mis vacaciones… y mis estilismos. Tristemente todos perdidos. Por favor, ayuda a salvar los datos”. Con su voz nasal, más parecida a la de una muñeca a pilas que a la de una mujer de 34 años, Kim interpreta su papel a la perfección, una morena con pocas luces, pero que nada más lejos, ya que, en realidad, ha sabido agenciárselas para ser una de las ‘celebs’ con la cartera más abultada.

 

Kim, la reina del selfie, a la que no le hace falta ni el típico palo saca-fotos, nos muestra su día a día con estas imágenes como hilo conductor. Cuando se arregla, se maquilla, se viste… y sí, cuando presume de retaguardia, algo que hace muy a menudo y que ha contribuido a que ahora cuente con más de 25 millones de seguidores en la red social donde el ‘selfie’ se ha convertido en concepto universal, Instagram.

 

No sabemos qué nos gusta más, que presuma de Spanx (la faja que la embute de arriba a bajo) o que repita ‘estilismos’ dos veces en la misma frase, haciéndose la despistada y manteniendo el juego que siempre nos ha hecho creer y que muy pocos se tragan ya. Ella no es ni boba, ni mucho menos tonta, y con este anuncio lo demuestra. No hay nada más inteligente que saberse reír de uno mismo.