Tras la celebración de un tradicional Te Deum para celebrar el Día Nacional de Bélgica, el rey Alberto II se dirigía esta mañana al Palacio Real de Bruselas junto son su esposa, la reina Paola, la reina Fabiola y el príncipe heredero, Felipe, con su mujer, Matilde.

En el Palacio Real se llevó a cabo la firma del acta de abdicación en presencia de las autoridades del país; un solemne acto que ponía fin a un reinado de más de veinte años y que el rey quiso sellar con un emocionado abrazo con su hijo ante la mirada emocionada de la reina Paola y la todavía princesa Matilde.

A continuación, el todavía príncipe Felipe de los belgas se dirigió al Parlamento para prestar el juramento constitucional como rey ante el plenario de las Cámaras. En este acto,  estuvieron presentes sus cuatro hijos –entre ellos su primogénita, la princesa Isabel– y su hermano Laurent en compañía de su esposa. Todos ellos fueron testigos directos del momento en que el príncipe Felipe se convertía en Felipe I, rey de los belgas. Nada más convertirse en rey, Felipe I y el resto de la Familia Real saludaron desde el balcón a la multitud congregada en los jardines de Palacio para dar la bienvenida al nuevo rey.

Así, este día de la Fiesta Nacional belga se ha convertido también en el primer día del nuevo rey, Felipe I, si bien su padre y su madre conservarán el título de Rey y Reina, por lo que en Bélgica, a partir de hoy, convivirán dos reyes y tres reinas (casi tantos como en la baraja): los reyes Felipe I y Alberto II y las reinas Matilde, Paola y Fabiola.

Cinco reyes y una princesa heredera, Isabel, la hija mayor de Felipe y Matilde, nacida el 25 de octubre de 2001, que se ha convertido en la duquesa de Brabante, que es el título del heredero al trono de los belgas; así, será la primera mujer que ostente este título y la primera reina que tenga el país cuando suceda a su padre.

Tras la abdicación del rey Alberto II y la jura del rey Felipe de los belgas, ha tenido lugar un tributo al soldado desconocido al que ha seguido un desfile en la plaza del Palacio Real y una fiesta en el Parc Royal que culminó con un emotivo discurso del rey y con una exhibición de fuegos artificiales.