Si os emocionasteis con la imagen de Gisele Bündchen dando el pecho mientras la preparaban para una sesión de fotos, la portada de junio de Elle Australia os va a encantar. De nuevo, una modelo y madre grita a todo el mundo lo bello que es este acto tan natural y lleno de amor profundo. La protagonista es Nicole Trunfio, que sostiene a su hijo Zion mientras posa con una mirada llena de paz y entrega. Esa mirada es tan potente que consigue acaparar toda atención, porque para Nicole, en ese momento, parece no existir nada más en el mundo que su hijo, y ni le importan las tendencias que está presentando, ni parece ser consciente del objetivo de Georges Antoni, artífice de los disparos.

 

Pero lo que a muchos nos parece una imagen de lo más emotiva, a otro sector de la sociedad no le ha gustado ni lo más mínimo. Son esos mismos que consideran que las mujeres, para alimentar a sus pequeños tienen que recluirse, echarse un trapo por encima y no mostrar un acto tan natural como vinculante entre madre e hijo.

 

La modelo está muy satisfecha con el trabajo que ha realizado y se ha mostrado muy sorprendida con el revuelo que ha suscitado la puesta a la venta de la publicación. No entiende que esto siga sucediendo en este siglo, pero precisamente porque esto ocurre, la revista australiana quiso romper tabúes y convertirse, así, en una oda a la mujer, a la feminidad y, por encima de todo, a las madres.