Las cosas no pintan demasiado bien para el marido de Gisele Bündchen, Tom Brady, que se ha visto involucrado en lo que la prensa deportiva ha llamado el caso ‘DeflaGate', que investiga el empleo de 11 balones desinflados, durante un juego entre Patriots y Colts. En concreto, a Brady se le acusa de no haber facilitado la investigación y haberse negado a colaborar.
De momento, esta acusación se traducirá en cuatro partidos en los que no podrá jugar, con la consiguiente pérdida de dinero que esto supone. Para que os hagáis una idea, si el marido de la modelo brasileña no pisa el campo de juego en esos cuatro partidos, se quedará sin percibir dos millones de dólares de lo estipulado en su contrato. Por no hablar del gran tachón en su expediente. Brady se ha labrado una fama de excelente deportista. Un jugador de fútbol americano que ha hecho historia con sus cuatro triunfos en la Super-Bowl al frente de los Patriots. Su equipo, en cambio, sí que tendrá que hacer frente a una multa millonaria por haber permitido que esto ocurriera.
En la investigación, ha quedado de manifiesto que lo sucedido con los 11 balones no fue mera casualidad, o producto de tiempo o del clima. No, que los balones tuvieran menos peso del estipulado por las normas del juego fue algo que se buscó de manera deliberada y de lo que Tom estaba perfectamente enterado.
Ahora, tanto el equipo como Tom Brady podrán apelar. Entonces, será un mediador independiente el que dictamine si merecen el castigo que la Liga Nacional de Fútbol Americano les ha puesto u otro menos severo.