Vestida por Valentino en una boda blanca en las montañas de Gstaad (Suiza). Así llegaba Tatiana Santo Domingo el pasado sábado por la tarde para la ceremonia religiosa en la que renovaría su compromiso matrimonial con Andrea Casiraghi, con el que ya se casó hace cinco meses por lo civil.
Si en aquella ocasión eligió un romántico vestido de Missoni, el frío de los Alpes le obligó a ir cubierta por una capa con capucha incluída que la protegía de la nevada que acompañó su entrada en la capilla de San Nicolás de Myra.
Gtres
En la iglesia, impaciente, le esperaba el novio, que había llegado del brazo de su madre, la princesa Carolina. Vestido con frac y camisa y pajarita blanca, miraba embelesado a su mujer, entrando en la iglesia del brazo de su hermano, Julio Mario, mientras sonaba el 'Ave María' de Schubert.
Gtres
Los hermanos de novio también estuvieron presentes. Pierre, acompañado de su novia, Beatriz Borromeo, Alexandra de Hannover y Carlota, que llegó sola, sin el pequeño Raphaël ni su pareja, Gad Elmaleh. El príncipe Alberto fue uno de los 300 invitados al enlace, aunque lo hizo sin su mujer, la princesa Charlene, que es mismo día estaba con su padre, Michael Wittstock, en el Campeonato del Mundo de Boxeo, en Montecarlo. Tampoco acudió la princesa Estefanía, que ese día cumplía 49 años y que cambió el escenario de la boda por el circo infantil de Montecarlo, al que acudió con su hija Paulina.
Gtres