Lo que una no haga por promocionar su trabajo. Sarah Jessica Parker hasta se convierte en una maniquí de las galerías Bloomingdales, uno de los mayores templos de las compras de todo Estados Unidos, si sabe que con esto venderá un par más de su línea de zapatos.
Con melena suelta, vestida de negro y rodeada de piernas sin troncos, la actriz ha posado para un sesión de fotos en la que los protagonistas son sus tacones. Una colección que sigue creciendo sin parar. Tras haber sido una apasionada de los zapatos, ahora se dedica a diseñarlos, así en vez de hacerle promoción gratuita a otras marcas, se la hace así misma y los beneficios quedan en casa.
Su afán por conseguir que todo el mundo hable de sus zapatos la ha llevado a volver al emblemático edificio que servía de fachada para el apartamento de Carrie y fotografiarse en los escalones llevando los modelos de su colección. Lo que quizás no sabréis, es que para poder tomarse esas fotos, SJP tuvo que romper la ley. Desde hace algún tiempo, y debido al aluvión de turistas que llegan cada día al edificio, los vecinos colocaron un cordón de seguridad que impede el paso a los curiosos. Pues bien la Carrie de ‘Sexo en Nueva York’, no contenta con haberlos metido en esa situación, encima traspasó el cordón para lograr su ansiada fotografía ‘remember’.
Esta vez ha sido más cauta y prudente. En lugar de molestar a nadie, y sabiendo que los ánimos están caldeados por su barrio en la ficción, ha recurrido a estos grandes almacenes, que siempre están a favor de promocionar las ventas de los productos que se alojan en sus estanterías. Todos ganan.
Por Conchi Álvarez de Cienfuegos