Tenerlo delante, intimida.

Y no por ver en él al temible Faruq, sino porque sus profundos ojos verdes son capaces de dejarte sin aliento. Sin embargo, tras esta apariencia arrebatadora, se esconde un chico algo introvertido.

Con él pudimos charlar ayer, en la inauguración de ARCO, donde fue el encargado de entregar el premio a la mejor exposición.