Días antes del festival de Eurovisión, en un pueblo de 3.000 habitantes en el sur de Austria, un joven dio una visita sorpresa a su madre.

De los 170 millones de espectadores que vieron el popularísimo certamen de la canción, poquísimos hubieran reconocido en aquel chico flacucho a Conchita Wurst, la ‘mujer barbuda’ que se coronó vencedora el sábado por la noche tras las tradicionales votaciones de ‘points’ y ‘puants’. Entre otras cosas porque el casi imberbe Tom Neuwirth (25), en la vida real, tiene menos vello facial: parte de la barba que Conchita luce en el escenario es pintada.

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