Prometemos que ninguna Verónica Blume resultó herida en la toma de esta fotografía. Lo prometemos porque después la modelo fue capaz de escribir un texto coherente tras haber realizado tamaña proeza física.
Eso sí, vosotros en casa mejor no la copiéis, que no queremos desgracias y que después nos vengáis accidentados diciéndonos que por imitarla habéis acabado con el hombro dislocado. Esta asana solo la puede realizar ella y, calculamos, una docena de personas en todo el mundo. Y punto final. No pasa nada porque no hayamos sido bendecidos con la flexibilidad del tipo de Boomer. Tenemos otras cualidades.
Cuesta creer que un ser humano sea capaz de apoyar las orejas en los gemelos (¡atentos a esto que es muy fuerte!), pero Verónica lo consigue. “Encontrar el equilibrio entre flexibilidad, fuerza y equilibrio... Cada uno tiene sus puntos fuertes y otros que lo son menos. Yoga no es un circo, pero sí propone caminos y herramientas que amplían los horizontes! El tesoro no es el resultado, la postura final ni la foto en IG, es el camino que lleva hasta allí: cada día, un pasito”. Bueno, tus palabras nos reconfortan porque la única asana (si es que la podemos calificar así) que nos vemos capaces de realizar es esta.
Para no acabar tal que así.
Tienes toda nuestra admiración Verónica. Namasté.