Atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida, después que el pasado día 13 decidiera ingresar voluntariamente en la clínica psiquiátrica Nuestra Señora de la Paz.
Pero Rosa Benito no está sola. Por prescripción médica permanece aislada del mundo exterior, sin teléfono móvil ni televisión y apenas visitas. Solo las de su familia, una vez por semana. Algo muy duro pero impresindible para salir adelante.
Y ese día que ella espera con tantas ganas, todos estuvieron allí. Sus hijos, Chayo (que evitó las cámaras), Salvador y Fernando y su hermana, Geles. ¿Todos? Solo faltó el que todavía es su marido, Amador Mohedano, que se excusa asegurando que sus hijos le tienen puntualmente informado, "dos o tres veces al día". "Hablaré con ella cuando pase un poquito de tiempo", asegura Amador.