“¿Cómo que todos están hablando de mi padrastro? Se van a enterar”. Algo así seguro que pasó por la cabeza de Kim Kardashian cuando eligió repetir este vestido rosa de látex de Atsuko Kudo, uno de los más ceñidos de su armario, y eso que ella para vestirse primero tiene que untarse de aceite…

 

En la vida de la ‘socialité’ todo está calculado y medido. No hay ninguna decisión tomada porque sí, y todo sucede por un motivo concreto, así que no nos parece nada de extraño ahora que todos hablan de Caitlyn Jenner que Kim quiera desviar la atención a la verdadera estrella de la familia (o eso cree), ella misma. El modelo, que fue todo un escándalo cuando lo llevó el año pasado, ha causado todavía más impacto ahora. Antes no se le marcaba el vientre y el ombligo, pero en la actualidad, y dado que está de tres meses, estas partes de su anatomía sí se notan. Como decimos, ha sido una decisión estilística hecha a conciencia, que también sirve para acallar los rumores que inducían a pensar que los West Kardashian estaba usando un vientre de alquiler. Esta es su manera de gritarle al mundo, “heme aquí, embarazada y como no puedo ir desnuda para demostraros mi estado, me pongo lo más cercano a una segunda piel que tenía por casa”.

 

La celebrity, que llevó este modelito en la presentación de una bebida energética, tuvo unos minutos para charlar con la prensa y contarles lo bien que se había tomado la noticia North y que en este segundo embarazo no se iba a ‘abandonar’ como hizo la vez anterior. “Esta vez tengo a mi lado un nutricionista que me mantendrá sana mientras esté embarazada. En el anterior comí donuts todos los días. Y no pienso volver a hacerlo”.