Isabel Pantoja no está disgustada, ni decepcionada. Está triste. Triste porque su hija Chabelita ya no está protegida bajo su manto, y ahora la joven lleva una vida alejada del domicilio de su madre.

“Yo lo que quiero es que mi niña sea feliz” decía la tonadillera en el programa ‘Sálvame’, resignada a la idea de que Chabelita no quiera vivir en Cantora. Hace unos días la propia joven confirmaba a LECTURAS que había salido del campo porque se ahogaba en la finca, llegándose a sentir aislada. Ahora lleva una vida mucho más activa en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), donde vive con su pareja, Alberto Isla, y la familia de este. Y es que a Chabelita le gusta salir y entrar, hacer su vida con independencia, como a cualquier joven de su edad.

Isabel tiene que pasar este trago ella sola, hacerse cargo de la decisión de su hija, que tan triste la ha puesto. Además, ella diferencia “estar dolida”, que es algo que no está con Chabelita, con “estar triste” por su decisión, algo que, inevitablemente, sí que está. Esta decisión que no la ha decepcionado, pues está convencida de que esta recapacitará y volverá a su lado.

Para ella su hija “es su sueño”, una persona a la que adora; por eso, para Chabelita las puertas de Cantora siempre estarán abiertas, esperando a que decida regresar.