Ya se ha cumplido un año desde que Iñaki Urdangarín ingresara en la prisión de Brieva (Ávila), hecho por el que su mujer está atravesando por uno de los momentos más difíciles de su vida.

Lejos de acostumbrarse a la escena, cada vez que visita a su marido la infanta Cristina sale derrotada de los famosos vis a vis de tres horas que disfrutan una vez al mes. Pero la visita del pasado domingo ha ido mucho más allá...

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De vuelta a La Zarzuela "Le pidió al chófer que acelerara porque empezaba a encontrarse fatal. Estaban pasando el puente de Guadarrama así que decidieron llegar hasta El Pardo para que la vieran allí los médicos de la Casa. Al final, se quedó en un susto, un ataque de ansiedad, aunque ella llegó a pensar que se trataba de un infarto", confesaba a El Español una amiga íntima de la hija pequeña de los Reyes Eméritos.

Al parecer, la Infanta encontró a Iñaki visiblemente triste y muy desmejorado físicamente, se dio cuenta de que había perdido mucho peso. "No sé cuánto ha podido perder porque yo no lo he visto, pero Cristina salió muy preocupada de la prisión".

Infanta Cristina e Iñaki

El estado de nervios de la infanta era tal, que en vez de viajar a Ginebra ese mismo día decidió quedarse hasta el martes por prescripción médica. Junto a ella estaban sus dos hijos pequeños, Miguel e Irene, que aunque la habían acompañado a Madrid, no visitaron a su padre en esta ocasión.