Hugh Jackman ha vencido el miedo. Ha aprendido lo importante que es protegerse del sol, pero también ha aprendido a vivir con el hecho de que el día de mañana las células cancerígenas pueden volver a reproducirse en su piel.

 

Operado en tres ocasiones a lo largo del año pasado, Jackman siempre ha dicho que estos carcinomas (siempre en la nariz) habían sido producto de una juventud en la que, prácticamente, se calcinó la piel a base de días de sol y playa. Sin usar ninguna crema de protección solar, Hugh pasaba sus días como un chico australiano enamorado del mar, que pensaba que con él no iba lo del SPF. Ahora, a la madurez, ha comprendido lo peligroso que fue su comportamiento.

 

La última operación que le fue realizada tuvo lugar en octubre, y, como en las anteriores ocasiones, anunció su estado de salud desde las redes sociales, desde donde tranquilizó a sus fans, pero también los alertó de los peligros que desentrañaba tomar el sol sin protegerse de él.

 

Estos días el actor se encuentra en Hawái, donde se lo ha podido ver aprovechando sus vacaciones y bañándose en sus cristalinas aguas. Haber padecido cáncer en la piel no lo frena de llevar una vida absolutamente normal, eso sí, siempre untado bajo una gruesa capa de protector solar.