La octogenaria actriz italiana ha visto cómo, por segunda vez, su intento por demostrar que su matrimonio con el catalán Javier Rigau, 34 años más joven que ella, fue un engaño porque falsificaron su firma en los documentos de los poderes para casarse.
Un juez de Barcelona ha archivado la causa al acreditarse que la firma es la de la propia Gina Lollobrigida, según informó el diario El Mundo. La actriz demandó al empresario por un delito de matrimonio ilegal y otro de falsedad documental. La sentencia, sin embargo, no es firme, por lo que Lollobrigida podría recurrir.
El matrimonio se celebró en la parroquia de Sant Vicenç de Sarrià, en Barcelona, en noviembre de 2010, aunque no se inscribió en el Registro Civil hasta 2013 y sigue siendo válido a día de hoy.
La última aparición pública de Gina Lollobrigida fue en agosto del año pasado, en la celebración del Baile de la Cruz Roja en Mónaco.