Casi no podía articular palabra. Irene Rosales guardaba una complicada infancia de la que trataba de sobreponerse en directo. “Ha sido muy bonita”, aseguraba pese al drama que había marcado sus primeros años. Su padre sufría un desvanecimiento y saltaba la preocupación en la familia. “Tenía un tumor cerebral”, explicaba entre lágrimas. La historia más dura de la mujer de Kiko Rivera

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“He tenido una infancia muy bonita”. Irene Rosales trataba de mantener el tipo después de que Kiko Rivera narrase los episodios más duros de la curva de su vida. El hijo de Isabel Pantoja se abría en canal y narraba momentos que nunca antes se había atrevido a explicar. La muerte de su padre, la entrada de su madre en la cárcel o su depresión han marcado una vida lleva de altibajos. Con todo, tampoco la existencia de Irene había sido muy placentera.

Dentro de la infancia de la hoy concursante de ‘GH DÚO’ había algo muy curo. “La enfermedad de mi padre”, conseguía pronunciar. “Gracias a Dios sigue vivo”. Sin querer entrar en mucho detalle, Irene explicaba el golpe que se había llevado su familia. “Trabajando se cayó, tenía un tumor cerebral y lleva con él dieciséis años”, afirmaba. “Es un campeón, un luchador. No es feliz, no es una persona que se pueda valer 100% pero está con nosotros”.

Eran los hermanos de Irene los que cuidaban de ella cuando era pequeña. “De chica no era tan consciente porque mis hermanos se encargaron de hacer la figura de padre”, se sinceraba. “Ellos han sido mi padre”. En la misma época, coincidió la pérdida de sus abuelos. “Ahora es cuando me afecta de verdad”, explica, mucho más consciente de todo lo que ha pasado y lo que queda por pasar.