Frank Cuesta, más conocido por el nombre de su programa de televisión 'Frank de la jungla', se ha rapado el pelo a cero, incluidas las cejas, como parte del ritual para entrar a vivir en una comunidad budista. Allí permanecerá durante cuatro semanas junto a sus cuatro hijos -Zape, Zorro y Zen, a los que hay que unir a Pepsi, a quien adoptaron posteriormente-, mientras sigue luchando por la liberación de su esposa, Yuyee, que lleva casi un año -lo cumplirá el 12 de junio- en prisión en Tailandia, acusada de tráfico de drogas. Cuesta sostiene que la condenaron sin pruebas y por eso pide su liberación. También denuncia el deterioro físico y psicológico que está sufiendo Yuyee en una de las cárceles más inhumanas del mundo.

Su encierro en el templo budista tiene como fin, como él mismo explica, "limpiar tanta rabia acumulada", al tiempo que ayudará a los monjes a construir un pequeño lago que sirva de bebedero a los animales de la zona.