Después de conseguir salir de una etapa oscura de despilfarro y drogas, Estíbaliz Sanz (46) cayó en un abismo aún más profundo. Con depresión y sin poder volver a televisión, quiso incluso quitarse de en medio. Pero su hijo de 8 años la hace sacar fuerzas de donde no las hay, y ella no se rinde. Sin trabajo, sin paro y tras haber trabajado como barrendera, la que fue una de las mujeres más explosivas y deseadas de la década de los 90 gracias a ‘Crónicas marcianas’, sigue luchando por cerrar una mala racha que dura ya demasiado.

Y en esa dura racha, recientemente estuviste también ingresada por una inflamación en el intestino. ¿Cómo te encuentras?
-Estoy perfecta. En realidad fue algo psicosomático. Me producía yo el dolor. Estuve tres meses en el hospital.

¿Qué te lleva a producirte tú ese malestar físico?
-Es por cómo estoy ahora. Sin trabajo, sin paro y teniendo que sacar a mi hijo adelante. Son muchos problemas los que me calientan la cabeza. Voy cada día a echar currículums y no me llaman.

¿Haber sido una chica explosiva en la tele te pasa factura?
-Se piensan que no sabes hacer nada más que televisión. Y eso no es así. A mí no se me caen los anillos por trabajar en cualquier sitio, en una fábrica, de barrendera…

¿Se ha acordado de ti alguno de tus excompañeros de la tele?
-Nadie me ha llamado. Lo llevo fatal. Yo he ayudado a mucha gente y ahora que yo necesito ayuda no me la dan.

¿Te apetecería ir a Honduras?
-Mi sueño es ir a ‘Supervivientes’. El año pasado firmé el precontrato y me quedé a las puertas. Me ayudaría a perder kilos. Ahora estoy en 70 kilos. ¡Dios mío! ¡Qué horror! Es que yo la vejez la voy a llevar muy mal.

¿Si fueras a un reality y ganaras, ¿qué harías con el premio?
-Abrir una boutique de moda.

Pero tú ganaste mucho dinero en televisión.
-Mucho. En toda aquella época gané 500.000 euros. Lo malgasté todo. En ropa, en ayudar a gente…

¿Cuál fue el mayor gasto?
-Dejarle a un amigo 4.000.000 de pesetas [24.000 euros]. Luego se los reclamé y me dijo que yo no le había dejado nada. Teníamos que haber firmado un papel, pero yo me fié. Yo siempre he ayudado mucho a la gente.

¿Nadie te aconsejó bien?
-Nadie. Los buenos consejos llegaron tarde. Los de mi padre, que me decía: “Cómprate un piso, no gastes tanto”. Yo le daba la razón, pero iba gastando y gastando.

¿Es verdad que llegaron a hacerte proposiciones indecentes por muchísimo dinero?
-Por 40.000 euros. Y muchas veces, pero siempre dije no. Ante todo dignidad. La primera vez que me llegó una oferta así fue por una mujer muy conocida. Me dijo que tenía una amiga que llevaba azafatas en congresos. Inocente de mí me lo creí y la llamé. Era para acompañar hombres y les dije que no volvieran a llamarme jamás.

¿Cuándo te diste cuenta que habías tocado fondo?
-Hubo tantos malos momentos... Todos fueron antes de tener a mi hijo. Pensé en quitarme de en medio. Solo tenía a mi familia, pero se volcaron conmigo. Su apoyo está siendo muy importante. Hace años que no lloro, porque no me sale y mira que tengo ganas. Tengo un nudo aquí, en el pecho, pero no hay manera de llorar. Mi hijo me pregunta: “¿Estás triste mami?”. Le digo que no.

Parece que tu hijo te cuida mucho.
-Sí, me esconde el tabaco para que no fume. Me dice: “Mami, no fumes, que un día vamos a tener un disgusto”. Ha sido lo mejor que me ha pasado en estos años tan duros. Es un regalo que la vida me ha dado y me ha hecho cambiar mucho. Todo lo que hago es pensando en él.

¿Le has enseñado imágenes de cuando trabajabas en la tele?
-Me dice: “Qué delgada estabas, mami”.

Has criado a tu hijo sola. La relación no funcionó con tu expareja.
-No quiero hablar de él, porque está esperando una oportunidad para salir a la palestra. Cuando fui a ‘Cámbiame’ le preguntó a mi hijo: “Oye, ¿han dicho algo de mí?”. Y mi hijo le decía: “Nada, papi”. Luego me enteré que estuvo hablando con un mánager para salir a la palestra y hablar mal de mí.

¿Temes lo que pueda contar de ti?
-No, yo quiero volver a la televisión con un proyecto que sea un reto personal, no para pasearme por los platós.

¿Anímicamente, cómo estás ahora, Estíbaliz?
-Muy bien. Estoy recibiendo tratamiento psiquiátrico y psicológico, pero ahora ya solo tomo pastillas para dormir. La gente no siempre ha entendido mis estados de ánimo, sobre todo la ansiedad.

¿Cómo ha repercutido en tu familia toda esta racha tan negra?
-Mis padres estaban destrozados y mis hermanos estaban muy preocupados. Pero han sido mi gran apoyo, se han volcado muchísimo conmigo. Me dicen que es mejor que todas las malas amistades que tuve hayan desaparecido, porque las personas negativas en la vida no conducen a nada bueno. Te ahorras problemas y disgustos.

¿Crees que te faltó más picardía para lidiar con ellos?
-¿Sabes lo que pasa? Que cuando lo tienes todo, no te das cuenta de nada. Mi madre siempre me ha dicho: “Hija, tú has tenido una vida que ha ido muy rápida”. No estaba preparada para asumir todo lo que se me vino encima.

¿Quién te metió en la mala vida?
-Pocholo [Martínez Bordiú]. No he vuelto a tener ningún trato, ni tampoco querría tenerlo. Fue una experiencia en mi vida muy negativa. Dejé la relación cuando más fuerzas tenía.

¿Qué recuerdas de aquella época?
-Que me lo pasaba muy bien. Disfruté muchísimo y me lo pasé genial. Que me quiten lo ‘bailao’.

¿Te arrepientes de lo vivido?
-Pienso mucho en eso. No volvería a hacer todo aquello. También he madurado. Ahora tengo 46 años.

¿Cómo quieres que sea esta nueva etapa de tu vida?
-Tan intensa como la primera, pero mejor vivida, con más cabeza.

Por Glòria Fernández
Fotos: Garófano
Estilismo: Violeta Comella.
Maquillaje y peluquería: Salònica con productos Bobbi Brown y Sebastian.
Agradecimientos: Dolores Cortés, La Redoutte, H&M.
Be Water Club Fusió, Club Nàutic Cabrera de Mar, www.bewater.cat