Las respuestas evasivas (más de 400) fueron una constante en la declaración de la Infanta Cristina ante el juez Castro, el pasado 8 de febrero.

La duquesa de Palma eludió cualquier responsabilidad al frente de la sociedad Aizoon, amparándose en el "no lo sé", "no lo recuerdo", "no me consta" o "lo desconozco". "Entro en Aizoon porque mi marido me lo pide", explicó doña Cristina ante el juez, asegurando que confiaba en Iñaki Urdangarin y que, a partir de la creación de la sociedad, "no he tenido nada más que ver, lo ha llevado (Urdangarin)".

En la transcripción del interrogatorio, de 150 folios la infanta se justifica asegurando que "yo no he controlado los gastos de Aizoon, ni he controlado sus cuentas".

"Nunca hubiera aceptado que se me hubiese utilizado como escudo fiscal", puntualizó ante el juez. Cuando se le preguntó si podía haber sido "utilizada sin saberlo", doña Cristina respondió: "No, ni lo hubiese aceptado, ni me consta. Casi me ofende, señoría".